Pero me gustaría haceros una observación: ¿Aún os queda algo de niños en vuestros cuerpecitos serranos?
Todos, cuando hemos sido niños, hemos disfrutado mas jugando a fútbol, por ejemplo, en los días en los que los campos estaban embarrados. El placer de ensuciarse de barro hasta los ojos, era indescriptible. También estaba la sensación de ser muchos mas fuerte, de ser capaz de vencer a los elementos.
Por supuesto ignorábamos las raspaduras, los golpes, y heridas. Eramos niños y lo soportábamos todo.
Como todos sabéis, la diferencia entre niño y un adulto es el precio de los juguetes. Y en este caso se justifica mas que nunca.
Esta es la versión adulta de los sentimientos que os expresaba antes.
Un grupo de amigos que se juntan para hacer una encantadora locura con sus motos de puro asfalto. Algunas preparadas y hasta con semimanillares.
Ahora si, he de reconocer que me ha dado pena ver esa flamante BMW R100RS en tan adversas condiciones.....
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