12 febrero 2019

Yamaha XT 600 E Scrambler por Berham Customs: gran trabajo, máxima discreción

Martien Delfgaauw, de Berham Customs en Berlín, recibió un encargo que se apartaba bastante de sus preparaciones. En vez de una obra con mucho cambio, imagen llamativa y modificaciones profundas en motor y bastidor, se le propuso un reto distinto: una humilde Yamaha XT 600 E de 2002 que debía ser de entrada muy discreta, válida para el día a día (tanto que iba a pasar muchas horas en la calle) y fácil, muy fácil de conducir. Eso sí, debía ser totalmente original estéticamente.




Un reto sí... que Delfgaauw aceptó. Para mantener la fiabilidad obligada por su uso diario, el motor no perdió la caja del filtro de aire y apenas recibió un colector y silencioso Arrow para aligerar tanto visualmente como en peso la parte trasera. También se mantuvo el cuadro de relojes, las piñas y la instalación eléctrica de serie. El chasis apenas recibió modificaciones en el subchasis (artesanal para hacerlo más paralelo al suelo), suspensiones un poco más cortas y una llanta delantera de 19" con neumáticos Heidenau K60, buscando un compromiso entre su uso ciudadano y algunas incursiones off-road. Los frenos también son el
equipamiento de serie... gracias a todo ello la moto pasó la revisión TÜV, por lo que puede circular legalmente por Alemania.


Lo importante en la preparación, claro, fue la estética. La parte más importante ha sido la integración de un depósito de Yamaha XS 500, que debió de ser modificado en su parte inferior para que pudiera acoplarse al grueso chasis (que aloja el aceite del motor) de la XT. El asiento fue modificado para que se adaptara al artesanal subchasis y tapizado con cuero impermeable por Weitgehend Gar. El guardabarros trasero parece el de serie, pero se realizó de forma artesanal en fibra de vidrio para que encajara con la estética del asiento.



La parte delantera tuvo menos trabajo, pero no por ello se descuidó. Fuelles nuevos, un faro redondo bellamente rematado por un discreto portanúmeros, manillar Lucas, puños Biltwell, y el guardabarros de serie correctamente recortado. Como remate, el chasis se pintó en negro brillante, pero la carrocería recibió un riguroso negro mate. Ya lo podéis ver, la moto es discreta, sencilla... y ahí reside su encanto, sin duda. Una moto totalmente funcional, válida para el día a día y también para el ocio, una moto que se puede ¡y apetece! usar. 




Fuente: BikeExif






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2 comentarios:

Luis dijo...

Me ha encantado. Me he acordado inmediatamente una FMX 650 que estuve a punto de comprar.
El exito de la Himalayan debería servir de acicate a los japoneses para recordarles que una moto mono también tiene su público (y si no que se lo digan a KTM os Husqvarna). Solo Honda está apostando por las trail mono

Unknown dijo...

Es muy muy bonita. Lo de los colectores de salida por el lateral debería ser obligatorio en motos trail y scrambler, no sé por qué no se hace más en las de serie. Por ponerle una pega, no me gusta el acabado de la pintura en mate. No concibo una moto sin brillos metálicos, cromados, etc. Manías que tiene uno.

¡Ay si la Himalayan, tal cual está, tuviera 15 ó 20 CV más!

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