27 marzo 2018

CON EL "A DE PLATA" EN EL BOLSILLO. 60- Montesa 648 evolution (2): Suspensiones RCX by Vicente "Carxata"

Miré un día la fecha del carnet de conducir, y me di cuenta que hace más de veinticinco años que aprobé el permiso importante, "el de moto", el A (en aquella época, A2). Así que me he propuesto daros un poco la brasa y contaros manías y anécdotas que me han ocurrido durante este tiempo. ¿Hasta cuando?... no lo sé, según me vaya acordando (algo difícil con este cerebro cada día más reblandecido que tengo)... o cuando digáis basta...

60- Montesa 648 evolution (2): Suspensiones RCX by Vicente "Carxata"
Magnífica compañía: Juan G. y Vicente Mauri. A repetir
Como comenté en el envío anterior de Montesa 648 evolution, con los kilómetros que tenía de marcador y con el jamelgo que debía cargar (cuando escribo esto estoy en unos exagerados 117kg 😬😬😬), las suspensiones se le suponían justas. La verdad es que cuando iniciabas la marcha la dirección tenía un comportamiento ligéramente errático; haciendo curvas con Mari Luz no me notaba tan fino como cuando probamos la Transalp de Mauri (gracias de nuevo Vicente); y cuando salí con éste y Juan a almorzar el puerto de montaña que hice sin pasajera me quedó claro que no, que fallaba algo. En frenadas no tenía confianza, en las rotondas entre mi casa y la ciudad no me encontraba cómodo, me sentía como si rodara con el suelo mojado... "Hasta que no le cambies el aceite a la horquilla no estarás a gusto con ella" sentenció el sabio Juan después de haber intercambiado manillares con Mauri por unos kms. Sí, había que ponerla a punto.


Con Pequenyo y Vicente
Claro, tenía dos opciones, o ir al taller más cercano a que le cambiaran el aceite a la horquilla, prácticamente seguro que sin limpieza interior (quitar tornillo, vaciar, añadir... y listo); o que un especialista le diera un buen repaso. Y claro, conociendo a uno de los mejores de Valencia -si no el mejor- pues estaba claro: una llamada telefónica y el bueno de Vicente "Carxata" me da hora.
Vicente, a los que nos habéis leído desde el principio, os sonará y con razón: él fue uno de los que participó en la creación de Voromv, con el sobrenombre de Paxau. Enamorado del Super-motard, del motocross y de la moto de competición en general, por problemas en el trabajo -o mejor dicho la falta de él- se dedicó a prestar apoyo a equipos de competición tanto en asfalto "puro" como "mixto" y montaña. De ahí unos buenos cursos de mecánica, sobre todo en puesta a punto de suspensiones... y de ahí un "salto al vacío sin red": se arriesgó a formar su propia empresa de preparación y mantenimiento de amortiguadores y horquillas, RCX Suspensions. La verdad, verlo con qué facilidad desmonta las suspensiones, sin tensión,
sin prisas pero sin parar, con la experiencia que dan los años, es una gozada.


Totá, que un rato de buena charla motera y al lío "¿qué le vas a hacer?". Por supuesto horquilla, pero me propone que cambie también el amortiguador. Se pone a mirar y me recomienda algo económico... pero nuevo: un YSS. En las fotos se aprecia simple pero con regulación de precarga de muelle e hidráulico. A por ello pues. Una semana después me avisa que ya lo tiene y quedamos.

Curiosamente lo primero fue cambiar el amortiguador. Pensaba que sería más difícil por la "fontanería" que tiene la Transalp (estoy mal acostumbrado a la XR y la Big, motos muy simples). Caballete, unas alzas y quitando asiento, tapas laterales y batería con su soporte ahí que le metemos mano. En un momento su experiencia se nota y sale sin problemas. El instalar el nuevo YSS tampoco resulta complejo... bien. Me subo y se nota MUY blanda, así que le da una vuelta y mucho de muelle: ahora la noto alta pero no dura. Por ahora se queda así, con el hidráulico a 17 "clicks" de 37 disponibles, a mitad.




Fijaos en el vaso con aceite viejo... negro negro
Una vez hecho "lo difícil" nos liamos con la horquilla. La verdad es que yo pensaba que sería más fácil (repito, acostumbrado a mis anteriores motos) pero entre falcarla bien, soltar rueda, pinzas, guardabarros y carenados anti-viento se nos hizo laborioso. Una vez con las barras en las manos, pasamos a su "santuario". Allí varias motos off-road en diversos estados de montaje, mucho material de diversa índole y una mesa de trabajo bien pertrechada. Mientras charlamos de nuestras cosas (entre ellas su historia, lo que te he contado y un mucho que no) él va procediendo con una facilidad que, la verdad, parece que lo podría hacer con los ojos cerrados. Barra y botella separada, fuera retenes, fuera aceite (en una barra con un color más o menos normal, en otra un horror negruzco), cepillo para limpiar el interior, líquidos en spray para dejarlo todo impóluto y a montar con retenes nuevos, algo más de precarga y aceite más denso. Luego la, de nuevo, engorrosa faena de montar las barras en las tijas e ir colocando guardabarros, spoliers inferiores del carenado, pinzas de freno, soportes de los latiguillos, rueda... Y listo. Algo más de charla, unas fotos para plasmar el día, pagar (con una tarifa MUY correcta por parte de Vicente... y lo cobra así a todo el mundo) y ¡a rodar!


¿Se nota? Sí, y mucho. De entrada el muelle trasero deja el "culo" más alto y se hunde un poco menos cuando subo. Aun así he de reconocer que en cuestión de agilidad no ha habido apenas novedad, quizás un pelo más fácil el inclinarla o levantarla, pero sin atisbo ninguno de nerviosismo en la dirección. Me parece que las Transalp van muy abiertas de dirección, y su "dureza" la suple con un ancho manillar. Por ese lado bien.


Donde más lo he notado ha sido en la horquilla. De entrada me he dado cuenta que ahora puedo frenar mucho más fuerte. Al principio pensaba que se hundía demasiado, cosa que se contradecía al llevar más precarga y aceite más denso. Sí, con más altura atrás, hay más transferencia delante al frenar, pero la verdad es que ahora puedo frenar más fuerte, más tiempo y, más importante, más seguro... por ello se hunde más, le "aprieto" con más ganas. La sensación que tenía a muy baja velocidad de imprecisión ha desaparecido, al frenar noto más neumático pegado al suelo y en las curvas han desaparecido esa flotabilidad que tanto me confundía. Y si sólo voy bien, con mi hijo atrás (unos 70kg) ahora las frenadas me resultan cómodas, sin notar que la moto se descomponga.


Atrás... pues como los buenos árbitros, no se da a notar. Le subí tres "clicks" al hidráulico para que controlara mejor lo que creo que es un pelo de exceso de precarga de muelle. La verdad es que ni se descompone en baches pequeños ni "salta la rueda" al bloquear adrede el freno trasero (dos métodos para comprobar si vas pasado de precarga), pero un poco más de freno hidráulico ha dado más tranquilidad a la zona trasera. Solo bien, con Mari Luz casi ni me entero que la llevo, y con Rubén más aplomada y segura en rectas. Ahora, ese caballete central que llevo y que no es para este modelo nos dio un susto al salir fuerte de una rotonda... eso sí, ese golpe seco "haciendo el bruto" entra dentro de lo normal, no aquella vez que rozó en una vía de acceso a una autovía que tomamos a ritmo... diez metros largos de rascar con el corazón encogido, sin poder hacer otra cosa que seguir inclinado hasta salir de la curva.


Resumiendo: si tienes algo de dinero para invertir en tu moto después de haberlo hecho en lo esencial (buenos neumáticos, frenos a punto, transmisión, carburación si es antigua) olvida el gastarlo en escapes, en intermitentes pequeños o en unos retrovisores más bonitos... invierte en suspensiones. Inviertes en diversión, en rapidez, en seguridad... en vida. Neumáticos, frenos y suspensiones SIEMPRE a punto. Y los adhesivos, chucherías y silenciosos que sólo sirven para ganar ruido... eso si eso pa' luego.



"A de Plata" sigue aquí:  

61- Salir con amigos... lo mejor (II): los "cross-clásicos"





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