Desde que se supo que Honda estaba preparando esta nueva criatura, se sucedieron mioles de elucubraciones, supuestos y adivinaciones, sobre el aspecto y las cualidades técnicas de nuestra protagonista. De una u otra manera, todas las opiniones tenían razón en algún aspecto, y es que las características que debe reunir una superdeportiva/superbike, están bastante claras. Los experimentos con gaseosa, así que Honda ha cogido los mejores ingredientes para obtener un resultado soberbio, equilibrado y sobre todo, muy apetecible.
En su configuración de serie, y tal y como Honda nos tiene acostumbrados, no se han buscado cifras de potencia capaces de arrugar la corteza terrestre con su rueda trasera. Mas bien se ha buscado rellenar bien las curvas de potencia y par, para que describan unas curvas perfectas, o al menos, todo lo perfectas que puedan ser en una deportiva de este calibre. Obviamente esto dará lugar a un tacto "friendly", muy de la casa, en un artefacto hecho para competir.
En cuanto a la electrónica, aquí Honda se ha despachado a gusto. Se ha "electronificado" a un nivel incluso superior a sus rivales mas directas. Una plataforma inercial, estrechamente derivada de MotoGP, mas un control de tracción y un acelerador "Ride by Wire", también derivadas de MotoGP. van a conseguir una moto mucho mas segura y aprovechable en toda circunstancia, en nuestras calles y carreteras.
También podrá contar con las ultimísimas suspensiones electrónicas de Öhlins, un modernísimo control de tracción, anti-wheelie y tres modos de conducción: "Street", "Circuit" y "Mechanic". Todos los datos generados, quedarán registrados para el piloto en su pantalla TFT, al igual que sucede con la Honda RC213V-S.
También tendremos disponible una CBR1000RR SP2, homologada para la calle, que constará con llantas Marchesini, mayor preparación de su motor, además de la posibilidad de instalar un kit de carreras para ser usada en circuito.
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