17 diciembre 2015

Husqvarna 510 Enduro Vintage. Orfebrería dirt... (datos y galería de fotos)


Mucho he escrito sobre los bocetos de mi admirado Oberdan Bezzi, más que nada porque a veces nos deleita con dibujos de motos actuales con aspecto vintage. No, no se va a los cuarenta, pero sí gusta de inspirarse en los setenta y principios de los ochenta, mezclando imagen con una base actual, moderna, sólida. De hecho, ya hace unos años os enseñé una Husqvarna TE 450 a la que habían modificado su estética para parecerse a las Husky de los 70 basándose en un boceto de Obiboi. Una auténtica belleza, sin duda.


Bien, pues hoy os voy a enseñar lo mismo... pero más radical si cabe. Partimos de un aficionado a las motos norteamericano, Doug Wheeler. Éste, enamorado de las clásicas Ossa, Maico, Bultaco o Husqvarna de los setenta, sueña con tener una moto enduro similar, bajita, bonita, ágil, potente... pero lo que no desea es el tener que lidiar con mecánicas viejas, con sus problemas y achaques. Así que se puso en contacto con Tony Prust de Analog Motorcycles para explicarle la idea. Por un momento se pensó en utilizar una Honda CRF 250 X pero ¿por qué utilizar una marca japonesa cuando se buscaba la estética clásica europea? Fue cosa de buscar hasta que apareció una Husqvarna SM 510R en buen estado... la base ya estaba.




Ahora tocaba comenzar a prepararlo todo... y era mucho sin duda. De entrada las llantas SM, obviamente, fueron sustituidas por unas enduro de 21 y 18", calzadas con unos (para mí desconocidos) neumáticos trail Shinko 244
Después se modificó mucho la altura, pues Doug no es muy alto ni pretende rodar a alta velocidad por terrenos escabrosos. Delante se mantuvo la horquilla convencional, recortada más de 50mm; y detrás
se eliminó el monoamortiguador para instalar un par de amortiguadores Race Tech G3-S multiajustables. Ello, lógico, obligó a realizar un nuevo subchasis que pudiera absorber los impactos. En cuanto a los frenos, se mantuvieron el poderoso equipo SM de serie.


Pasemos a la estética. La parte más importante, sin duda, es el depósito, y está claro que ahí va a ser difícil acoplar algo ya existente. Así que se pusieron en contacto con Craig Rodsmith que fabricó uno en plancha de aluminio, listo para incorporarlo a los anclajes del original. La pintura de Kiel’s Kustoms, como no podía ser de otro modo, es roja con fileteado blanco y una parte de metal pulido a la vista ¡¡¡bello!!!. Eso sí, la posición de los radiadores tuvo que ser adelantada. La base del asiento fue enviada a Alligator Bob’s, que realizó un trabajo correcto, muy vintage de estética, pero con moderno gel interno para darle comodidad a los viajes. Dos placas portanúmeros tapan los laterales... simple y efectivo.


Ahora los detalles. El motor de 53cv va bien servido, por lo que apenas se le dio una capa de pintura y una combinación de colector Arrow y silencioso artesanal de Cone Engineering. Los guardabarros son de aluminio, recortados para la ocasión. El foco delantero (con rejilla hecha a mano), trasero, portamatrículas, retrovisores e intermitentes (sí, los hay) son del catálogo de Analog Motorcycles, las estriberas de Warp 9 y el cubrecárter de Flatland Racing. Decir que, en Estados Unidos, la moto es street legal, vamos, que es válida para circular por vías públicas.




La verdad, me parece una moto bellísima, que demuestra que el buen gusto no sólo se puede aplicar a las Custom. Sigue siendo una bestia moderna, actual, con buenas suspensiones y frenos, pero con ese encanto de las motos de principios de los 70... magnífica. Sigo diciendo que el primer fabricante de motos off-road se decida a sacar versiones de sus motos con estética vintage se van a cansar de venderlas. ¿Quien se decidirá primero?

Fuente: BikeExif










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