Siempre me he preguntado porqué la industria motociclista, en cuanto salen de customs y motos de pequeña cilindrada, no aplica la fórmula que utilizan las fábricas de automóviles: usar una misma base para producir diversas versiones combinando carrocerías, terminaciones y motores. Con ello los costes de producción baja y las referencias de recambio también. En el mundo de la moto, sin embargo, es habitual que un motor apenas se utilice para uno o dos modelos, y de los chasis ni hablamos. El pasar de dos variantes con él es casi impensable.
Ahora, siempre hay excepciones. Algunas marcas sí derivan versiones de un modelo digamos base, del que surgen tres o más motocicletas con las que cubrir otras cuotas de mercado. Aquí unos ejemplos a la venta en la actualidad:
6- Yamaha XT 660. Lógico aprovechamiento Trail...
Cuando en los ochenta comenzó la moda Trail, se tardó poco en que las Enduro-light que eran pasaran disfrazarse de Dakar-Replica al añadirle primero grandes depósitos y posteriormente también semicarenados.
Con la práctica desaparición de las Trail de verdad, válidas para campo y carretera, el concepto original se diluyó... excepto por la heredera de la abuela de todas las Trail, la XT 500. La actual XT 660 surgió en Trail clásico (R) y con un cambio de llantas y settings de suspensión (X), y unos años después Yamaha agradaba a sus seguidores con la Tenere... aromas africanos para el siglo XXI.
XT 660 R |
XT 660 X |
XT 660 Z Tenere |
Los extraños casos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario