Cuando en 1987 Honda lanzó la VFR 750 R RC30 (como se la conoció) los que la vimos supimos que no iba a ser "una moto más". Réplica fiel de las RVF prototipo con las que Honda arrasaba en carreras de resistencia y reservadas para motores 4T, la moto cautivó al que la vio... pero más al que tuvo la grandísima suerte de poseer una. Su motor apenas estaba apretado, el chasis estaba sobrado, todo respiraba competición y sobre todo, mucha calidad, muchísima. Se hablaba de construcción a mano de muchos de sus componentes, de montaje con mimo por los mismísimos mecánicos de HRC (el entonces famoso departamento de competición de Honda, una empresa en sí misma)... vamos, de una joya. Pues bien, desde casi treinta años en el pasado, ver cómo se hacía, como se cuidaba. Aquí la joya, la Honda RC30:
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MIS VÍDEOS-MOTO FAVORITOS. 47- Cuando moto y dron se juntan para crear una impactante belleza visual
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1 comentario:
Otra cosa más en la que coincidimos.
He tenido este video en favoritos mucho tiempo y lo he visto muchísimas veces.
Y el puntillo de la música de Erik Satie...
Gracias de nuevo por tus aportaciones
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