La Honda XL 700 V Transalp marcó el final (...por ahora...) de una saga de motos robustas, sencillas y fáciles de manejar. "La 700" mejoraba en motor con algo más de cilindrada, cuatro válvulas por cilindro e inyección, además de una parte ciclo más adaptada al asfalto -donde la verdad es que la gran mayoría de Transalp han pasado su vida- con una llanta de 19" delantera como detalle más significativo. Una carrocería modificada dejó claro que "la 700" era, dentro de la familia, algo distinto... ese faro delantero o lo amas o lo odias, sin punto medio.
Bien, pues imaginar que ahora cogemos esta práctica motocicleta y decidimos darle un toque Scrambler, tan de moda actualmente. Como base tiene una serie de ventajas como sus llantas de radios 19"-17" con neumáticos estrechos, su manillar y posición de conducción campera, o ese aroma off que proviene de sus raíces Africa Twin 650. Así que el portugués Sebastião Guerra se puso a desnudar... para llegar a ésto:
Si empezamos por el tren delantero... pues vemos que es prácticamente de serie. Misma llanta, frenos, horquilla (decorada con unos clásicos fuelles protectores de barras) y un bello faro de 8 pulgadas con rejilla. En el manillar
vemos un velocímetro Koso... y suficiente.
vemos un velocímetro Koso... y suficiente.
En la parte central vemos toques de detalle, esos que hacen que una moto gane... o pierda. Al retirar el carenado el depósito quedaba horrendo, así que algo había que hacer: una pintura negro satinado "disimula" algunos rincones poco atractivos y un artesanal cobertura del radiador en aluminio lo hace "integrar" el conjunto. Bien bien... Si miramos abajo el cubre-cárter de plástico ha sido sustituido por un más robusto y atractivo también en aluminio, que combina muy bien con el colector de escape artesanal y el silencioso Leovince.
Los cuartos traseros también han sido retocados, claro. El asiento recibe una bella funda con esos resaltes que le dan un agradable toque clásico. El protector de cadena de vulgar plástico se sustituye por uno más vistoso de aluminio. La trasera recibe un diminuto guardabarros y lo mínimo para sujetar la matrícula y luces. Decir que el negro y gris satén lo presiden prácticamente todo, desde plásticos hasta chasis, basculante u horquilla, dejando de bello aluminio el motor y los complementos realizados con este material. Como colofón, unos "obligatorios" Continental TKC 80 como neumáticos le dan ese aspecto dual tan atractivo.
La verdad, una moto elegante, sencilla y de un aspecto muy bien conjuntado. Me recuerdan a mi peor terminada Suzuki Garbí 750, tiene esa misma esencia de buscar la pureza clásica. Me gusta... ¿por cuanto podré encontrar una Transalp 700 con las fibras tocadas? :-D
1 comentario:
Muy bonita si señor.
Ya tenemos ganas de ver la nueva Transalp 2017 ...
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