12 mayo 2016

Tamburini T12 Massimo. El legado final del genio italiano (galería de fotos y dos vídeos)

Cuando hace dos años murió Massimo Tamburini, para más de uno finalizó una época. El genial diseñador italiano fue artífice de las primeras Bimota (era la "ta" de Bi-mo-ta), de la Suzuki 500 Gallina de GP, de iconos del diseño como la Ducati Paso 750 y 916, Cagiva 500 GP, MV Agusta F4 y F3... tanto ha influido en el diseño moderno de las motocicletas que llevo a la categoría de arte el basculante monobrazo (una de sus pasiones) o los escapes por el colín con el bellísimo y "sinfónico" cuatro salidas de la F4, supo innovar mezclando con atino bordes afilados con curvas suaves, además de su obsesión, los pequeños detalles, que le daban una calidad extrema a sus obras cuando son vistas de cerca. Tanto es así, que dos de sus motos, la 916 y F4, han estado expuestas en el Museo Guggenheim. 
 El también desgraciadamente desaparecido Sergio Robbiano fue su máximo aprendiz, realizando bellezas como las Cagiva Mito 125 (basada en la Ducati 916), Bimota V-Due, DB5, Delirio o Aprilia RSV-4.

Pues sus seguidores estamos, dentro de lo que cabe, de enhorabuena: habrá una última moto firmada por el genio Tamburini, pues su hijo Andrea ha llevado adelante la realización de la Tamburini T12 Massimo. Una moto que no podrá rodar por vías públicas y que se considerará una de las más caras del mundo con su tarifa de ¡¡¡300.000!!! Euros.



Con esa fortuna los que logren tener una podrán decir que tienen sin duda una de las mejores motos de circuito del mundo... que se pueda comprar. De entrada el motor es un BMW S 1000 RR con especificaciones SBK: 230cv, electrónica MoTec M170, escape Arrow exclusivo con una curiosa salida lateral, cambio rápido... nada que decir en
contra del propulsor.


El chasis tiene otra de esas ideas revolucionarias que tanto buscaba Tamburini: es un multitubular de acero unido a placas laterales de magnesio (como ya pudimos ver en las F4 Oro) que, gracias a una idea patentada, puede ser modificada la rigidez lateral sin cambiar nada. Por supuesto, siendo una moto sólo para circuito, se puede cambiar con facilidad el ángulo de dirección, la altura del eje del basculante o la de la parte trasera utilizando tecnología de competición.


El resto de componentes ciclo no pueden ser más impresionantes: suspensiones Ölhins con especificaciones MotoGP, frenos "top" de Brembo con pinzas M50 mordiendo discos de 320mm, llantas Marchesini de magnesio forjado, neumáticos Pirelli Diablo SBK racing (la trasera de 200 mm)... grandes marcas que acompañan una auténtica orgía de acero, aluminio, titanio, magnesio, fibra de carbono o kevlar con las que lograr un impresionante peso -recordar, es una moto sólo para circuito- de 154'5 kg. Vamos, por debajo del reglamentario en una MotoGP. Eso sí, ya os dije que el capricho no va a ser barato, más bien lo contrario: 300.000 euros la convierten en una de las motos más caras y exclusivas del mercado... MUY exclusiva, propia del maestro Massimo Tamburini sin duda.










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