Bien, pues ahora imaginar que en vez de un cuadro, es una hermosa motocicleta italiana. Y que su distribuidor, al llegar a la homologación, se topa con que dicen que la moto es demasiado ruidosa. Llaman a la fábrica y le dicen que es imposible realizar modificaciones, y más para unas pocas unidades. Así que decide cometer una atrocidad y acoplarle un silencioso de los baratos al original, estropeando totalmente la estética de la moto.
Pues eso, por desgracia, ocurre en Japón. Parece ser que sus normativas anti-ruido son demasiado exigentes para algunas deportivas italianas... y la mejor solución es hacerle un añadido al silencioso original. Fijaros en esta MV-Agusta F3, que pierde la gracia de su triple salida lateral a cambio de un vulgar silencioso... aunque sí mantienen el embellecedor-protector, que ahora pierde totalmente su sentido.
Y eso no es nada... fijaros en la atrocidad estética que le añaden a las Ducati Panigale, no sólo la 1199, sino también la nueva 899... y espero que no lo hagan en la Superleggera: además de una horrible tapa de embrague gruesa ya antiestética, lo rematan con esa especie de escape de excavadora que han colocado tumbado en vez de vertical... y no vale que lo hayan forrado de carbono para disimular. Es feo, desproporcionado y rompe la estética minimalista del colín y la "desnudez" de la rueda delantera de una forma lamentable. En fin, supongo que el que
tiene dinero de comprarse una deportiva italiana en Japón, también lo tendrá para comprarse un Termignoni o un Akrapovic...
Como podéis ver, la 899 tampoco se libra... que horror... |
Fuente. Asphalt & Rubber
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