20 julio 2011

Las historias del Top Throttle. Al viento no se le puede atar.

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Me duele al alma. Me duele tanto, que el dolor corporal, por fuerte que sea, ya no pasa de ser una pura anécdota. Cuando no te importa el fin, las circunstancias que te empujan a el, carecen de importancia.

Estoy dentro del Top Throttle, sentado en la barra. El vaso de Whisky con hielo, tintinea al son del movimiento de mis manos que lo giran en uno y otro sentido, como si quisieran enrrollarlo. Lo aprieto con fuerza, para notar el frío, pero tengo las manos tan encallecidas que apenas lo noto. El humo del tabaco lo emborrona todo....  El viento y la grasa son capaces de curtir a la piel mas resistente. Pero la piel del alma no la curte nada. Si se le clava algo, permanece dolorosa y sangrante para siempre.

Una vez fui feliz. Jane, mi pequeña Jane... Ella me hizo vivir los momentos mas tiernos y entrañables de mi vida. Por aquella época yo iba de aquí para allá, con mi moto de entonces, mi flamante Triumph Thunderbird, libando de flor en flor. Juerguista y pendenciero. Intentaba olvidar el infierno de la casa de mis padres.

Aquel ogro abominable, peludo y maloliente nos maltrató a todos, una y otra vez. Un día le sorprendí abofeteando a mi madre en la cocina,. No pude mas. Llevaba en las manos un manillar que acababa de desmontar y le asesté un golpe con toda la fuerza que pude. Cayo pesadamente al suelo, con una maneta de freno clavada en la cabeza. Cuando vino el médico a casa, me miro fijamente durante un rato. Condescendientemente me dijo: "Mi diagnóstico es que ha sufrido una embolia cerebral repentina, pero muchacho, conozco a esta "familia" desde hace mucho tiempo. Vete de aquí antes de que me arrepienta de de hacer diagnósticos como este...."

Cuando huía de mi mismo, sin rumbo definido, me encontré a Jane en una cafetería de Louissiana, en la población de Theriot. Cuando me preguntó que quería tomar, no dije nada. No pude. Aquellos ojos azules me desarmaron , dejándome indefenso y vulnerable.
Allí comenzó el único lapso de tiempo, de mi vida, que puede calificarse de normal.

Michael, otro Whisky, por favor. Enciendo otro cigarrillo con la colilla del anterior....

Nos queríamos. Viajamos por todo el estado con la Thunder. Eramos felices. Busqué un empleo y nos casamos....
Jane era una chica chapada a la antigua. Quería tener una familia y un hombre que la quisiera y le correspondiera. Yo la quería, pero no era ese tipo de persona que deja crecer la barriga, con los niños correteándole por encima....
Desde la ventana del comedor miraba la carretera que pasaba junto a nuestra casa Y se me iban los ojos...
Pasaba el tiempo y las ensoñaciones eran cada vez mas frecuentes, imaginándome a mi y mi moto, circulando despreocupadamente, sin rumbo.... Me sentía enjaulado. En una jaula maravillosa, pero que era una prisión, al fin y al cabo.

Comenzamos a discutir. Seguramente ella tenía razón, porque después de tres años quería hijos, y asentar definitivamente nuestra vida social. Me sentía mal... hacía tiempo que no tocaba mi moto.

Un día la discusión fue mayor, pero en el fragor de la misma, ocurrió algo distinto. Nos miramos a los ojos en silencio. Jane rompió a llorar.... De repente lo entendimos todo.

Con el valor que tienen los desesperados y la desesperación de los condenados, le dije:" Jane, cariño, no puedo darte lo que quieres. Me siento como el pájaro enjaulado que espera una y otra vez que su captor le deje la puerta abierta para escaparse. Tengo todo cuanto un hombre puede desear, pero me siento desdichado y vacío. Te mereces otra cosa, porque eres buena persona y estás a tiempo de rehacer tu vida con plenitud, antes de que sea demasiado tarde. El viento me trajo aquí, y el viento se me va a llevar. Y cariño, sabes que al viento no se le puede atar. Me fui. Me dolía el alma....
La quería tanto , que no me importaba que en un futuro amara a otra persona, si así era feliz. Lo merecía. Merecía lo mejor y yo no podía dárselo.

El tabaco me hace llorar los ojos. Aprovecho para soltar las lágrimas reprimidas, que ahora resbalan libremente por mis mejillas. Dioosss.... Me siento morir....

El alcohol y la tristeza me han dormido en la barra. Michael me zarandea suavemente: "Despierta Sal, es muy tarde..."
Esto no puede seguir así, he de rehacerme de este mal momento. Tengo que salir de Rosetown unos dias, debo dejar que el viento me guie, si no me volveré completamente loco. Quizá..... pueda resolver un asunto pendiente.

La primavera de Rosetown es esplendorosa. Este pueblo está ubicado en un suave valle rodeado de colinas. Todo es verde. El aire es tan puro que parece que no solo purifica los pulmones. Llega mas adentro. En esta época la moto corre mas. Alguien me dijo que era porque había mas oxigeno en el ambiente. ¿Será cierto?. Los pájaros, arman un estruendo ensordecedor, los gatos quieren cazarlos, los perros van a por los gatos, y los dueños de los perros les llaman para que no lo hagan. La vida y el movimiento, bullen por todas partes. El pueblo renace tras el invierno.

Pasaron unos días y ya estoy de vuelta y con una sonrisa en mi rostro. Me apetece tomar un Whisky en el Top. Michael está allí, como siempre, mirando a ninguna parte, limpiando con su nauseabundo trapo, unas copas. Michael, por favor, sírveme lo de siempre.

¿Sabes Michael? El otro día me enteré que Jane se casó con el Notario del pueblo. Es feliz y tiene casi la vida que quería. Quiere concebir su tercer hijo.
Si, ¿y como te enteraste?, me pregunto mirándome con su mirada bobalicona de siempre.
Siempre me escuchas cuando necesito hablar. Siempre estas ahí... Te diré la verdad, amigo. Me lo dijo ella misma, mientras hacíamos el amor por tercera vez.... Le llamará Sal.
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