Si quieres colaborar con Voromv, puedes hacerlo haciendo una donación. El fondo recaudado se utilizará exclusivamente en la mejora y/o mantenimiento del Blog, así como en el material necesario para elaborarlo.
Con un pequeñísimo gesto de tu parte, contribuirás en el esfuerzo contínuo, necesario para su existencia. Para mas información, pincha AQUÍ
Gracias por anticipado, y pulgar en alto.
Gracias a Aitor De La Cruz, Jose Manuel Campos, Eva Herranz, Manuel Martinez Carlón, David Morales, Pedro Hedo y José Luis Cuevas y Esteve Vinolas, por su aportación.

28 enero 2011

Sueños de adolescente: Honda XL 200 R (83)

Ponte en situación: nací en 1967, por lo que cuando compré mi primera revista de motos en 1981 yo tenía catorce años. Cuando compré mi primera moto “de verdad”, una Suzuki GS 500 E (después de un Vespino y una Vespa), ya tenía veintidós. Y durante esos años hubieron una serie de motos que por un motivo u otro marcaron mis sueños de adolescente, unos realizables, otros totalmente inalcanzables. Y esta es una de ellas:


Honda XL 200 R (83) (Realizable)




Cuando escribí sobre la Impala-2 175, me referí a mi búsqueda de moto cuando me saqué el carnet A-2 (hoy en día A a secas). La Montesa era mi primer objetivo... pero el segundo, la moto que me tenía robado el corazón y era asequible a mi bolsillo de segunda mano (ya estaban a la venta unos años) era la Honda XL 200 R.


Realmente, la única que sí se ajustaba a mi bolsillo era aquella XL 125 con dos amortiguadores súmamente inclinados que fue de las primeras en venir oficialmente a España cuando la marca compró Montesa... pero por estética, por el Pro-Link y por motor, la 200 le ganaba por goleada.


Aquella pequeña Honda tenía, para mí, un estilo "XR" (que no venían a nuestro mercado) que me tenía prendado. Eso sí, en color rojo y asiento negro, colores de cross, y no la blanca-azul que salió posteriormente, que cromáticamente no me gustaba nada. Y tampoco me gustaba su hermana la XL 200 P-D con su enorme depósito con colores del equipo oficial del Dakar.


No. Para mí era la roja. Simple, económica, y una trail para perderme por cualquier sitio. Una idea que tenía que haber puesto en práctica ya entonces y no haber comprado una (queridísima, eso sí) Vespa 200. Mi vida hubiera sido, seguro, muy diferente...



Otros sueños...



No hay comentarios:

LOS DIEZ ARTÍCULOS MAS LEÍDOS EN EL ÚLTIMO MES: