29 noviembre 2014

NO SÓLO DE MÁRQUEZ VIVE MOTOGP. 33- El día en que Casey Stoner volvió a decir "no"


EL DÍA EN QUE CASEY STONER VOLVIÓ A DECIR "NO"

Desde pequeño, muy pequeño, has vivido para competir en moto. Eras bueno, eso decían todos, así que te esforzaste, mucho, muchísimo. Tus padres también lo hicieron, apostaron por ti, por tu talento, lo vendieron todo y te llevaron al otro lado del mundo para que demostraras lo que valías... para que fueras Campeón del Mundo. Y lo fuiste. Dos veces. Además de MotoGP, la "categoría reina", con dos marcas distintas, con una forma de conducir que enloquecía a los aficionados que tenías a tus pies.

Y un buen día, porque sí, lo dejaste todo. Sin lesiones. Estando en lo más alto. En el mejor equipo. Ganando dinero a espuertas. Con todos deseándote. Dijiste "basta" y, sencillamente, volviste a tu tierra, a las antípodas, y abandonaste el mundo de las fotos, la prensa atacando y alabando, a la multitud que quiere más, a la política detrás de los despachos... Abandonaste "el Circo" para irte con tu mujer y tu niña al desierto, a pescar, a nadar, a vivir tranquilo y rico, devolviendo el favor que hicieron por ti tus padres. Punto final.

El jefe de tu equipo sigue llamando, sigue insistiendo. Hasta el director de la marca de motocicletas más importante del mundo te reclama. Pero tú dijiste no, y ese carácter que te hizo un luchador, un campeón, hace que cumplas. "¿Podrías probar, sólo probar, unos prototipos por nosotros?" te propusieron. Y lo hiciste: cuero, gasolina, material de lujo en forma de moto, y rodaste con varios prototipos. Divertido. Fin.

Un año después el director de la marca de motocicletas más grande del mundo te vuelve a convocar. "Sólo probar, para que nos digas cómo van. Sólo eso". Y tú aceptas. Más cuero, más gasolina, más material de lujo en forma de moto. Y rodar, rodar rápido.... MUY rápido. Te sientes feliz, es para lo que has nacido: una moto y tú luchando contra el cronómetro, contra la gravedad, contra los
elementos. Sí, eso sí te gusta, te apasiona, la brutal unidad entre tú y tu máquina salvaje, la velocidad, el esfuerzo máximo por domar a la bestia... sentirte todavía rápido. Sí, feliz es la palabra.


Cuando terminas las pruebas, en ese estado de euforia que te da siempre una moto llevada al límite, el director de la marca de motocicletas más grande del mundo te vuelve a tentar "hay un sitio para ti con nosotros... vuelve a competir". Máximo nivel, máximo compromiso... queremos que vuelvas a ser Campeón del Mundo".

Tú sonríes... te sientes competitivo, querido... ansiado. Sabes que tienes la llave para luchar contra el piloto que está llamado a ser la más grande leyenda. Para competir contra la leyenda viva. Para pelear contra el que te arrebató lo que era tuyo. Para machacar al que se quedó a falta de mejor opción. Para lucirte ante la marca que fue tuya.

Y dices no. Rápido, sin dudar. NO. No vas a volver, aunque te den lo que sueñes, aunque puedas volver a ser campeón del Mundo. NO. No quieres más circo, no más política, no más ataques denostados de gente que no conoces y que viven de ti. No quieres volver a lo que odias. ¿Probar de nuevo? Sonrisa irónica... un tal vez. Sí, es bello sentirse deseado. Es bueno sentirse rápido, muy rápido. Es gratificante volver a luchar contra la bestia y ganar.


El año que viene sabes que te volverán a llamar. Sabes que volverás a tener la oportunidad de probarte, de descubrir si sigues siendo rápido. Y tal vez ésta vez pienses distinto. Tal vez ésta vez sí decidas probar. O tal vez no. Tuya es la elección.



Inspirado muy libremente en ÉSTE artículo de Carlos Domínguez para Motorpasíon Moto.



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1 comentario:

Gabriel C. dijo...

Muy bien contado. +1

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