27 marzo 2020

Mokka-Garelli eléctrica: rest-mod con chispa

Hoy os traigo una preparación que resulta elegante, sencilla ¡y eléctrica! Se trata de un resto-mod (restaurar un vehículo clásico añadiendo componentes modernos que mejoran el original) realizado por los especialistas de Mokka Cycles Budapest. Lo curioso de los búlgaros es que sus preparaciones suelen utilizar como base motos de baja cilindrada, por debajo de los 500cc, e incluso más de un ciclomotor.

En este caso, han ido un poco más allá -bastante más de hecho- con su preparación. Un cliente de Zúrich les pidió que restauraran y mejoraran una clásica Garelli KL 50 "Cross" 5V de 1976... ¿y qué mejor para actualizarla a los tiempos modernos que evitar que su humeante motor de dos tiempos sea remplazado por uno eléctrico?





El motor utilizado es un compacto "brushless" (sin escobillas) de corriente continua y unos correctos 5kw (no llega a 7cv) para un ciclomotor. Lo curioso es que, con muy buen gusto, decidieron no esconderlo para nada: unos bellos soportes de aluminio anodizado en negro y cortados con láser lo envuelven (que no encierran, mirad lo agujereado de la carcasa) y lo anclan al chasis por los soportes originales. Para evitar en lo posible el enorme hueco que deja el no tener cilindro ni escape alto, bajo el -ahora vacío- depósito hay una bandeja correctamente disimulada que recibe todo el sistema de control electrónico. Las baterías Sony van donde la caja del extinto filtro de aire. No hay muchas, así que la autonomía es escasamente de 40 kms, pero lo bueno es que en apenas dos horas están completamente cargadas.


Soportes del motor, protector de cadena, cubrecárter, bandeja bajo el depósito, soporte de faro... hasta la silleta-caballete. Mucha pieza artesanal para un ciclomotor único


Original y limpísimo el interruptor de luces de Mokka, con el cableado por dentro
Estéticamente vemos una mezcla de componentes originales, piezas distintas pero "de la época" y otras totalmente actuales. La parte ciclo es prácticamente de serie excepto el tren delantero, más dimensionado al proceder de una Honda CL 250, y mejoras en amortiguadores y frenos. Estéticamente llama la atención los recortados guardabarros de aluminio pulido o el asiento clásico, cubierto con cuero moldeado. En lo moderno vemos cosas como las luces led delante y detrás, con soportes artesanales también, un manillar Renthal con el cable de acelerador y los de luces por su interior, con una piña creada por los de Mokka. Todo muy limpio donde sólo vemos el cable del freno delantero. No hay velocímetro como tal, sino un controlador Cycle Analyst que da diversos datos de rendimiento y capacidad. Mas piezas artesanales son la plancha protectora del motor situada entre la doble cuna del chasis, el cubrecadenas o la espectacular corona trasera de ¡80 dientes! mecanizado en aluminio 7015. Todo el conjunto luce un sobrio color negro brillante, sólo alterado por guardabarros y llantas.


La silleta caballete también es artesanal, fabricada por Mokka para esta moto

La verdad, creo que es una preparación MUY bonita, hecha con muy buen gusto. El motor eléctrico creo que queda muy bien y todo el conjunto se ve limpio, elegante y discreto. Una joya que lucir en el salón de tu casa (fijaos que Mokka ha hecho un caballete exclusivo para ella) de la que Arpi, de Mokka Cycles Budapest, debe estar muy orgulloso. Dieciocho meses y muchos callejones sin salida que salvar, sí, pero ha valido la pena.



Garelli KL 50 5V de 1976... el juego del millón de diferencias


Fuente: The Bike Shed




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