02 octubre 2015

Las anécdotas de mis amigotes de las motos -11- Manchi: "Sidecar, bendita locura" (capítulo uno de cuatro)

Manchi es otro de estos casos de "amistad virtual", otro amigo de Motostrail.com. El problema es que aunque Zaragoza y Valencia están relativamente cerca, no logramos coincidir... trabajo, estudios, familia, hace que todavía no nos conozcamos cara a cara. Eso sí, tengo claro que más pronto que tarde ocurrirá.
De este simpático maño si os puedo asegurar algo que es bastante evidente: es un enamorado del trail, el rodar, el viajar tanto por campo como por carretera. Y ello le llevó a descubrir los sidecar, sobre todo las Ural, esas bellas ultra-clásicas motos de tres ruedas, que con sus más de setenta años de historia enamoran a todo aquel que entiende su sentido. Si no os habéis planteado nunca un side, leed, leed... igual dejáis de verlos tan lejanos.

11- Sidecar, bendita locura. Por Manchi


Capitulo 1: los comienzos

Ir en sidecar.....
Parafraseando a un amigo, puedo deciros que "aquellos que padecemos la enfermedad sabemos que un sidecar (especialmente una Ural) no se adquiere por razones lógicas, se trata de un acto pasional que sólo se puede justificar en términos abstractos".

En principio el sidecar reune lo peor del coche (abulta, por lo que no te puedes "escaquear" en los atascos) y de la moto (vas a la intemperie) y por si fuera poco suelen gastar mucho combustible. 

Además los sidecares son difíciles de conducir y requieren un periodo de aprendizaje. Los sidecares  modernos (muy escasos en España) tienen unas un diseño y unas geometrías que les perimiten ser conducidos bastante facilmente y tienen buena estabilidad en toda circunstancia, pero los sidecares clasicos como la Ural suelen ser más complicados de llevar y tienen bastante tendencia a volcar en las curvas a derechas, especialmente si no llevas a nadie en el side. 


Entonces ¿por que tener un "trasto" de estos?. Bueno, cada uno tendrá sus motivos pero tal y como yo lo veo el sidecar para mi es un tipo de moto más para tener en el garaje, una moto que te permite hacer cosas que otras dificilmente llevarías a cabo, y hablo especialmente de las rutas invernales, pero también de paseos con "otro ritmo" o incluso de poder desplazarte "yendo en moto" llevando a tu familia o a tu mascota: hay sidecares modernos (ahora hablo de propiamente lo que es el sidecar) de 1 o 2 plazas y pueden ir cerrado o es descapotable (techos rígidos o lona), algunos con calefacción que te permite llevar niños comodamente.


Un sidecar da un abanico enorme de posibilidades al motorista
Además el sidecar puede ser conducido o llevar de acompañante a personas con problemas físicos mas o menos graves.En en nuestro caso, por ejemplo, mi pareja tiene problemas en las rodillas que en tiradas largas en moto acaban por dar fuertes dolores y al ir en el sidecar (vas con las piernas totalmente estiradas, no es como un coche) este problema desaparece, pero también conozco casos mucho más "graves", amputados o parlíticos que conducen su propio sidecar, gente capaz de mantener la ilusión de la moto aunque sea sobre 3 ruedas.

Curiosamente en Europa el dueño de un sidecar (los que vamos en sidecar llamamos al conjunto "sidecar", en lugar de decir "moto con sidecar") suele ser un motorista que en verano va más en moto y en invierno en side, como digo es "una moto más" mientras que aquí en España me encuentro muchas veces con motoristas que ven el side como un "quiero y no puedo", como si el que va en side es un motorista
frustrado o algo así.


 Tal y como yo lo veo para mi es todo lo contrario, me gustan tanto las motos que gracias al side puedo seguir yendo "en moto" y haciendo cosas que de otra forma me sería imposible o muy dificil.

 Vamos que, por ejemplo, en lugar de guardar la moto 3 meses en el garaje en invierno prefiero dedicarme a viajar con el side esos tres meses (aunque realmente a la hora de la verdad combino moto y side todo el año). O si estamos "perezosos" basta con ponerte el casco y salir a rodar. Por supuesto que puedes tener accidentes como en la moto, pero la ausencia de esas "caidas tontas" que te obligan a llevar siempre equipamiento, hacen que en el sidecar puedas ir con ropa más normal sin problemas.


La conducción de un sidecar es totalmente distinta a la de la moto y a la de cualquier otro artilugio motorizado (incluyendo quads, ATV y similares). Es bastante frecuente encontrar gente veterana en moto que cree que al coger un sidecar lo va a dominar en "dos dias" y os aseguro que para tener un control total del vehículo hace falta muchas horas de experiencia en el side. 

En sidecar el cerebro tiene que lidiar con nuevas sensaciones: pierdes sensaciones como el balanceo y la inclinación en curvas y ganas sensaciones de inclinación cuando el terreno tiene peralte (cosa que en la moto no ocurre, claro) pero la sensación de "contacto con el medio" es exactamente la misma que en la moto.

Además un sidecar tiene un gran encanto y os aseguro que es una auténtica máquina de hacer sonrrisas, sin ir más lejos hace poco un Guardia Civil en su moto me hizo un saludo desde su moto juntando pulgar e indice en un círculo de "perfecto" o OK, acompañado de una gran sonrrisa.


Centrandome en mi historia.
Volviendo unos párrafos atrás os hablaba de los motivos para tener un sidecar y aquí tengo que decir que hay que tener claro lo que se compra y para que se compra, en mi caso concreto lo estuve meditando mucho, muchísimo (años), quería un sidecar que pudiese ir por caminos sin problemas, además con el que se pudiesen hacer viajes y rutas invernales.

 Como ventaja añadida el sidecar nos iba a permitir turnarnos a mi pareja y a mi en la conducción y en algunas rutas por campo le iba a permitir a ella ir por sitios por donde no se atrevería normalmente con la moto (barro, gravillas, nieve o incluso hielo).

Allá por el 2004 yo ya estaba con el veneno del sidecar en el cuerpo y fué cuando descubrí los sidecares Ural. Ural sigue fabricando los sidecares de aspecto clásico "de cuando la guerra", o sea en principio robustos, con ruedas estrechas para ir bién por campo y ¡con tracción en la rueda del sidecar! (luego hablaré más de ella), además llevan marcha atrás, algo casi indispensable de por si en un sidecar y totalmente indispensable si haces rutas por lo marrón, pues te da una capacidad de maniobra que te permite salir de atolladeros o hacer cambios de sentido que sinó serían muy cosotosos o imposibles si va solo el piloto. 

Además los sidecares Ural tienen un precio relativamente económico. Andan entre los 11 y los 15 mil euros dependiendo del modelo  pero una preparación de un sidecar "similar" en un preparador europeo con base de una BMW GS 1200 o una SuperTeneré 1200, por ejemplo, se puede ir facilmente al triple de dinero del que cuesta una Ural, y además no son capaces de hacer lo mismo que la Ural por campo ni se van a poder reparar tan facilmente en cualquier lugar del mundo: la mecánica sencilla de una Ural hace que cualquier mecánico del mundo le pueda "meter mano" facilmente.

Pero no todo van a ser virtudes: en el lado "menos bueno" de las Ural están sus  41Cv y sus "escasas" prestaciones para lo que son los cánones actuales: su motor tradicional boxer de dos valvulas y sus cuatro velocidades le dan una punta de 110-115 km/h y una velociad crucero máxima de 95-100 km/h, dependiendo de la carga, la época del año: en invierno van más refrigerados y se les puede exigir, y en verano al contrario, hay que ir mas despacito para evitar sobrecalentamientos.

 En pincipio son cifras escasas pero con las restricciónes a la velocidad que se han impuesto hoy en dia en España lo cierto es que prácticamente salvo en autovías y autopistas no te encuentras "fuera de juego" en ningún momento.





Continúa aquí: 

"Sidecar, bendita locura" (parte dos de cuatro)






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