ASÍ SERÁN LOS REGLAMENTOS DE MOTOGP EN 2016... Y 2017 (parte uno)
Dorna y los fabricantes que participan en MotoGP siguen intentando ponerse de acuerdo de cómo será MotoGP en 2017, en lo que esperan que sea un reglamento si no definitivo, si que valga para bastantes años (hasta 2021). Así que para intentar explicarlo, primero empezaré por la propuesta de Dorna para 2017, y luego como terminarán la "convergencia" durante 2015 y 2016.
Parte uno. 2017: el objetivo
Cuando Dorna quiso poner límites en la categoría MotoGP, intentando bajar costes, tuvo la lucha frontal de Honda y, por honor japonés, Yamaha. Al final Dorna se sacó de la manga CRT, una sub-categoría económica (motores de calle en motos prototipo) que llenó la parrilla "por detrás" y dejó a las claras que el espectáculo, como pasa en Moto2, a la hora de la verdad lo hacen los pilotos... y que estos harán las mismas batallas con mejor o peor material, si todos llevan algo parecido.
Claro, Dorna realmente jamás quiso que los fabricantes se marcharan, sino todo lo contrario, porque lo que realmente le da caché a una competición de motor es la lucha entre marcas... y cuantas más mejor. Así que Dorna decidió limitar costes a base de "congelar" motores, limitar su número y, sobre todo, obligar a que todos utilicen el mismo hardware y software, este último verdadero devorador de presupuestos: cuantos más técnicos informáticos pongas a hacer lineas de códigos mejor irá la moto, y más caro será. Con estas limitaciones técnicas la idea de Dorna era el atraer marcas a MotoGP, que prácticamente se deberán dedicar a hacer la parte mecánica.
¿El resultado? Un éxito. Ya este 2015 hemos pasado de tres marcas "de verdad" (Ducati, Honda, Yamaha) a cinco (Suzuki y Aprilia) que serán seis (KTM) en 2017. Y con ello Dorna logrará volver a como planteó MotoGP desde un principio: un campeonato de fábricas, con motos de fábrica. Adiós a los pequeños
constructores como WCM, KR, Ilmor, FTR, Suter, Avintia... todo eso desaparecerá barridos por motos con "marcas de verdad" en el depósito. La idea de Dorna es que cada una aporte cuatro motos (con un máximo de seis por marca para evitar monopolios) para así tener una parrilla de veinticuatro motos.
La idea está bien pero ¿cómo "fidelizar" a las marcas para que no den una "espantá" como pasó con KTM, Kawasaki o Suzuki incumpliendo sus contratos de permanencia? Fácil: pagando Dorna la mitad de las motos... más bien las satélite. El planteamiento es que cada marca tenga dos motos "oficiales", con equipos que dependan directamente de ellas, como son ahora mismo Ducati Factory, Repsol-Honda o Yamaha-Movistar. Y luego suministren a equipos "satélite" de dos a cuatro motos más. Para que las marcas quieran cederlas, y para que los equipos satélite puedan alquilarlas, Dorna plantea un "precio máximo" que abonará directamente a las marcas: 2'2 millones de euros por dos motos y recambio "normal". Así a las fábricas dichas motos les saldrán más económicas (incluso puede que ganen dinero) y a los equipos "gratis"... aunque, por supuesto, roturas, caídas, periféricos (suspensiones, frenos, escapes, carenados...) correrá por su cuenta.
Como podéis leer, la idea es bonita: cuatro motos de cada marca, dos oficiales, dos satélites que les saldrán "gratis" tanto a fabricantes como equipos. Todas motos puramente de carreras, y con una marca que claramente conocerá cualquiera que la vea, que cualquiera verá en escaparates y publicidad en revistas. Y con el software Dorna el precio de competir no se disparará más allá de algo relativamente razonable. Si no pasa nada todos contentos... excepto a los que nos gustan las carreras, porque ese dinero saldrá de algún sitio, y ese sitio serán las televisiones de pago. Vamos que será un campeonato bello, pero que apenas seguirá un décima parte de los que veían las motos hace tres. Una pena.
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