Denny Noyes se declara americano de Miraflores de la Sierra. Nacido en Hoopeston, Illinois, y amante de los Cubs de Chicago (su eterna gorra así lo demuestra), vino a España muy joven, y se quedo maravillado con los personajes y actividad del mundo de la moto.
Con 35 años de experiencia en el Mundial de motociclismo, Dennis Noyes es uno de los periodistas más expertos y más reconocidos del motociclismo de competición y habitual colaborador de Motociclismo y SoloMoto en diferentes etapas, padre de las famosas Cintas Americanas, formó parte del equipo de TVE, acompañando con sus comentarios a Ernest Riveras y Alex Crivillé en las retransmisiones de las carreras del Mundial de MotoGP. Ahora una nueva etapa se abre ante el, al formar parte del equipo que hará las retransmisiones desde Telecinco.
Como todos los grandes, aún se considera piloto, y sus comentarios muestran una sabiduría, que solo puede tener aquel que ha sido periodista, directivo, piloto, y yo que se cuantas cosas mas......
Este señor fue el que me hizo vivir la moto como un sentimiento, como una forma de vida. Mi agradecimiento mas sincero por hacerme amar este deporte/afición.
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1 comentario:
Joer... acabas de tocarme la fibra sensible...
En el año 1986 fui a ver las 24 Horas de Montjuic. El Montjuic de verdad, "El Parque", no el circuito de Montmeló. Allí logré un pase de boxes (que nos turnamos entre cuatro) y hice la estrecha y repleta "calle del paddock". Vi a Gil y a Grau. A Cardús y a Reyes. A Morante y Pons. A muchos, muchos pilotos de los que me sabía nombres y apellidos, y que distiguía claramente gracias a su casco de colores personales y únicos (ya sabéis, una de mis manías...).
Pero yo al que fui a buscar fue a Dennis.
Apenas comenté dos palabras con él. Estaba jugandose el Campeonato de España de Resistecia (con la FZ 750 nº22 de Calvo-Adarve que podéis ver en el vídeo), que a la postre fue el único título que consiguió en nuestro país. Pero me sorprendió lo marcado de su acento, hoy tan conocido, más cuando siempre he considerado que ha tenido una de las mejores prosas que he leído en revistas de motos (el otro fue nuestro llorado César Agüí).
De él aprendí mucho: A que los monos y bicilíndricos tienen un tacto más lleno al puño, por lo que son más aprovechables en carreteras de montaña. A que el sol brilla más intenso cuando se gana. A que si coges un "punto muerto falso" debes subir una marcha, no bajarla... a riesgo de caerte por un "primerazo". A calcular cilindradas exactas y velocidades lineales de pistón. A que la identidad de un motorista es su casco, y que tiene que ser propio y personal. A decir en inglés "budunbudur, siur". A que los grandes pilotos de velocidad, para ser verdaderamente inmensos, deben de saber derrapar. A comprobar con un imán si eso que va pintado de aluminio es verdaderamente aluminio. A no intentar ganar a un perro galgo, aunque lleves una Bimota. A que las "carreteras amarillas" son las primeras que debemos elegir a la hora de hacer un viaje en moto. A que no debes de pisar cascos de Bobby cerca de procesiones fúnebres. A no visitar sótanos de "la secreta". A que no debo sorprenderme si Kenny Roberts va armado en su rancho. A saber lo que es "empujar la rueda delantera". A saber quien fue el Doctor T. A decir "como jodiendo estás" "chinga a tu madre, cabrón" y "this is a publicity contract".
Y, sobre todo, a leer entre lineas las revistas de motos... algo muy válido en estos años de medianía.
Dennis fue, y es, todo eso... y muchísimo más, por supuesto. Yo siempre leía primero las pruebas que hacía él, inconfundible con su casco negro, el Ankn, el Ying-Yang y las lineas blancas. Siempre abría el Solo Moto 30 buscando "la Cinta". Y siempre contaba cuantas veces había escrito Ducati.
Me considero afortunado. Viví la llegada del monoamortiguador, el aluminio, los radiales de perfil bajo... vi ganar a Spencer y Lawson, Malherbe y Auriol, Tarrés y Andreini, ... vi nacer el Dakar, las SuperBike y el Trial Indoor.
Y todo ello me lo contó Cathcart, Agüí y, por supuesto y sobre todo, Dennis Noyes.
Habéis visto un homenaje. Y este es el mío.
Miguel.
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