17- Automáticos: Husqvarna 360 'the Automatic' y siguientes Auto
En 1975 la entonces marca sueca Husqvarna presentó una moto off-road equipada con un cambio automático de cuatro marchas de su propia invención, que había demostrado su fiabilidad en el ejército... casi por casualidad.
Primero, viajemos dos años atrás a Suecia, un país en el que el 78% de su superficie está cubierta de bosque, por lo que era ideal que sus soldados pudieran desplazarse en motocicletas. En 1973 el ejército sueco presentó un concurso para la compra de 3.300 motocicletas militares con una serie de requisitos: debían tener una buena iluminación, baja rumorosidad, facilidad de reparación y mantenimiento y, lo más importante, que fuera fácil aprender a conducirlas, los reclutas debían dominarla en menos de una semana. También debían ser conducibles con una mano por si los soldados necesitaran, con la otra, usar sus armas. Al concurso se presentaron tres marcas: Monark, Hagglunds y Husqvarna.
Husqvarna MC-258-MT automática para el ejército sueco, 1973 |
Como podéis imaginar, pronto la idea de crear una moto off-road 'no militar' con cambio automático surgió en el departamento de diseño. En Estados Unidos de América ya había una marca que lo hacía, la Rokon RT 340 Automatic (de la que hablamos en el envío nueve), por lo que Husqvarna, muy bien considerada en aquellos lares, decidió desarrollar su propia versión. Así, en 1976 llegaban a las tiendas la Husqvarna 360 'the Automatic'.
Cambio automático centrífugo
Una de las grandes ventajas que tuvo el cambio automático Husqvarna es que el cárter abultaba lo mismo que con cambio convencional, por lo que pudo instalarse en sus modelos sin apenas cambios |
Con el sistema Auto de Husqvarna, la primera velocidad la 'domina', como en otras opciones, el régimen del motor... pero para las otras marchas la cosa es distinta.
Funcionamiento del sistema de cambio automático Husqvarna. Ilustración de Mike Lavelle para Cycle World |
Ahora veamos cómo actúa todo: Aceleras y el embrague principal entra en acción, transmitiendo el giro a la campana y su eje, que está engranado con los piñones de primera. Ello hace que la rueda trasera comience a girar y, con ello, el resto de piñones de cambio también, moviendo sus propios ejes cilíndricos y estos, a su vez, a sus embragues. Cuando las revoluciones de la rueda aumentan, lo hace también el resto del conjunto y, si nos fijamos en el de segunda, veremos que su desmultiplicación hace que al principio su embrague centrífugo no actúe, pero sí vaya haciéndolo cuando se va más rápido, hasta que engrana con la campana: ya estamos en segunda. En cuanto a la primera, al ser ahora la segunda la que acelera, no aporta nada debido a su rueda libre, se encuentra en una situación parecida a cuando coges una bajada con una bicicleta: por mucho que pedalees, lo haces sin aportar energía. Si la rueda trasera sigue aumentando su velocidad, el embrague de tercera comenzará a engranar con la campana y, por ende, serán los piñones de tercera los que ahora actúen, mientras los piñones de primera y segunda no pueden aportar energía. Y lo mismo con la cuarta marcha.
Problemas y soluciones
El sistema era original, relativamente simple y, en la práctica, funcional. Pero, como es lógico al no haber trascendido en otras motocicletas hasta la actualidad, tenía sus problemas. Era compacto, tanto que el cárter motor no era de un tamaño mayor al original, pero necesitaba de un fluido hidráulico que en competición, sobre todo en motocross, se calentaba mucho, tanto que llegaba a quemar a los pilotos, a derretir los tapones de plástico de llenado y a hacer hervir el agua de las últimas versiones refrigeradas por líquido. Ello era debido a que el sistema tenía todas las marchas engranadas y movían, cada una a su régimen, los distintos ejes y embragues. Esa energía desperdiciada también se notaba en el consumo, mayor que en las versiones convencionales con esos motores. Tampoco el arranque de salida era muy brillante por el patinamiento del embrague centrífugo, lo que la perjudicaba en carreras tipo cross. Además, emitía ruidos metálicos poco agradables.
Pero lo peor es que, pese a utilizar sin modificaciones todo el conjunto restante de las motos convencionales, la conducción era distinta. El uso de ruedas libres en los piñones secundarios de cambio hacía que no existiera nada de retención: cuando cortabas gas, era como si cogieras el embrague o pusieras punto muerto. Pero es que, además, cuando acelerabas el motor después de cortar, había un lapso de tiempo entre la apertura y la llegada de potencia a la rueda debido al desacople del embrague de turno y la caída del motor al ralentí. Por tanto los pilotos debían usar mucho más los frenos, pues sólo ellos iban a reducir la velocidad de la moto... algo en lo que la 360 Auto original no iba sobrada precisamente. También exigía que el piloto, al final, siempre fuera con gas, un poco de gas, en la aproximación de las curvas para así reducir el 'lapso' de transmisión al acelerar. En EE.UU. se usaba la máxima de 'la Auto funciona o haciendo ruido o en silencio. Para ser rápido siempre tiene que hacer ruido'. Para ello volvían a sobre-esforzar los frenos, llevándolos un poco apretados mientras usaban esa 'puntita de gas'. Incluso algunos pilotos, como el piloto oficial Bo Edberg, llevaron dos pedales de freno trasero, uno en cada lado, para así siempre poder frenar en los pasos por curva sin importar el sentido de giro.
Evolución hasta el final
Husqvarna 360 Automatic con base Enduro, 1977 |
Husqvarna 420 AF, 1980 |
Husqvarna 500 AE con su potente 488 cc, frenos doble leva y largos Ölhins ITC progresivos. ¡Preciosa!. 1983 |
Husqvarna 430 AF. 1986, la última de la saga Auto, con monoamortiguador, disco y refrigeración líquida |
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