20- Aprilia Leonardo 500 Di-Tech (2003)
Aprilia ya llevaba dos años con su ciclo-scooter SR 50 Di-Tech en el mercado, que utilizaba parte de las patentes del motor Orbital 2T, en concreto su alimentación, ya que prescindía del más complejo sistema de lubricación: el carburador era eliminado y, a través de un paquete de láminas directas al cárter, sólo se aspiraba aire y un poco de aceite en una cantidad muy pequeña al no juntarse con gasolina. Cuando el pistón bajaba solo llegaba aire y aceite al cilindro, por lo que no salía gasolina por la lumbrera de escape. Era cuando el pistón, subiendo, cerraba los tránsfer y el escape, se inyectaba de forma directa la gasolina. Con ello se prometía un consumo muy bajo y, lo más importante, unas emisiones contaminantes también reducidas. Vamos, la simplicidad del 2T "de toda la vida" pero sin sus defectos.
Con ello en producción, en noviembre de 2003 Aprilia dio un paso más, presentando un scooter que apuntaba directamente al entonces sorprendente superventas Yamaha T-Max 500 de primera generación. Y lo hacía a lo grande, superando en todo al japonés. Para ello en Aprilia decidieron aplicar su tecnología Di-Tech a un monocilíndrico de unos 500cc (no se declaró la cilindrada exacta) que, de entrada, superaba muy mucho al T-Max bicilíndrico 4T, pues éste estaba entonces en 40 cv y el Leonardo declaraba 50 cv a 6.500 rpm, lo que le daba unas fantásticas prestaciones con 170 km/h de velocidad punta y 12'5 segundos en el 0-400 m. El consumo declarado para el Di-Tech también sorprendía con cifras rondando los ¡3 litros a los cien!. Además, el variador estaba controlado electrónicamente, lo que permitía tener el clásico modo lineal o uno "secuencial", imitando las marchas al saltar a posiciones pre-establecidas del variador, algo que podía controlar el piloto con dos botones. Se anunciaba que iba ya a cumplir la normativa Euro3, que no entraría hasta 2006.
En la parte ciclo, el Aprilia Leonardo 500 Di-Tech también innovaba: el motor se anclaba directamente a un chasis de aluminio (acero por entonces en su rival) que tenía atrás un bello basculante monobrazo, dejando a la vista la correa dentada sin mantenimiento, otra novedad del momento. El basculante atacaba a un monoamortiguador regulable en precarga e hidráulico. Delante también lucían dos discos de freno (uno por entonces en la Yamaha) mordidos por pinzas Brembo de dos pistones y que podía disponer de ABS en opción. Las llantas eran de 15 (delante) y 14" (atrás), el asiento tenía dos posiciones, tenía hueco para casco y más, la pantalla era configurable y permitía recibir datos de la circulación vía GMS. La iluminación también era de nivel, con las mismas ópticas delanteras de su mejor moto, la RSV 1000, y atrás iniciaban la llegada del LED. Aun con todo, se anunciaban unos sorprendentes 175 kg de peso, muy bajo comparado con los 197 kg del T-Max de entonces.
¿Por qué el Aprilia Leonardo 500 Di-Tech no salió a la venta? Bueno, podemos imaginar que el primer escollo era el motor, que se anunciaba como la panacea, pero que era una tecnología que pocos mecánicos trataban. Sólo hay que preguntar sobre los dolores de cabeza que dieron los SR 50 Di-Tech, a los que muchos acabaron instalando carburadores... cuando no un trasplante de motor "normal" directamente. Luego que el bello conjunto chasis-basculante no debía ser barato de fabricar, lo mismo que el novedoso sistema de recepción de datos o los entonces casi desconocidos LED. Pero además es que en Aprilia las cosas no iban nada bien, estaban prácticamente en quiebra, lo que llevó a ser absorbidos por el Grupo Piaggio. O, quizás, simplemente fuera un prototipo de salón, un scooter "de madera" para llamar la atención. Sea como fuere, al final no llegó a las tiendas.
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