Este tipo de competición o consecución de récords, no está muy arraigado por estas tierras, muy al contrario de lo que ocurre en la cultura motera anglosajona, sobre todo.
Son retos muy diferentes, a una competición cuerpo a cuerpo, en circuito. Se trata de una lucha contra los elementos físicos del entorno. Suelo, viento, mecánica....
De hecho, como sabéis, son muy frecuentes este tipo de carreras en linea cronometradas, en lugares como el célebre Salt Lake (lago salado), en el estado de Utah.
Si hay alguien lo suficientemente "loco" como para batir este tipo de record, este es Guy Martin. Hace poco, en unas declaraciones entre graciosas y "vacilonas" comentó que dejaba de correr en el Tourist TRophy de la Isla de Man, porque se aburría.... Es un verdadero Crack.
Ahora se le ha pasado por la cabeza montar en un artefacto diabólico, como es esta locura de la que hablamos. Una Suzuki Hayabusa de su propiedad, que equipa un enorme turbocompresor capaz de hacerle sobrepasar los 480 Km/h. De hecho, se propone llegar a los 482 Km/h.
Ya en septiembre de 2019 Martin había batido su propio récord de 411 km/h, de nuevo en la Hayabusa. Alcanzando los 436 km/h. En 2020, fue el año de los 453 km/h. El propio Guy había declarado de manera rotunda que estaba "listo para morir", solo si se trataba de romper ciertos récords. Y desde luego quiere seguir demostrándolo, estableciendo el nuevo objetivo:
"Después de una experiencia como esta, normalmente no duermo durante dos días", comentaba Guy.
Sobre la moto... se remonta a la mitad a 2018, cuando la compró con la intención de hacer varios cambios, con la ayuda del afinador Jarrod 'Jack' Frost. El resultado es una moto equipada con un turbocompresor que ahora ofrece 830 CV de potencia. ¡Una locura!
Hay que decir, sin embargo, que Guy está acostumbrado (y nos ha acostumbrado a nosotros) a las experiencias locas. Recordamos, por ejemplo, además de los récords de velocidad, la réplica del famoso salto de Steve McQueen en " The Great Escape " montando una Triumph Scrambler 1200.
Solo tenemos que desearle a Guy Martin mucha suerte ¿No os parece?
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