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12-Prueba ciclista: duro, cansado... pero que une. Por MkBk
"¿Por qué quieres ir a la Vuelta?" Preguntaba mi pareja. "No entiendo por qué os apuntáis, todo es sacrificio para apenas ganar nada" decía un Mando. Algunos compañeros de la Agrupación piensan igual: sencillamente no tiene lógica. Cinco días (o más) fuera de tu casa, sin ver a tus hijos, a tu mujer. Cinco días que los haces sufrir. Luego las etapas, unas fáciles, con buen tiempo. Otras con un terrible viento racheado que realmente quería sacarte de la carretera sin darte tiempo a reaccionar. Las etapas de montaña, una con lluvia y terribles regueros de agua cruzando la calzada, resbaladizo al máximo. Esa vaguada que estaba llena de barro que me hizo pensar que ya no seguía en pie. La travesía de aquel pueblo con un asfalto de cristal, donde llegué a bloquear la rueda trasera ¡al cortar gas!. Y qué decir del sábado, con nieve caída días atrás derritiéndose por la cara sur, que era por donde teníamos que bajar y que llenaba de un par de dedos de agua corriendo montaña abajo, obsequiándonos con un buen puñado de grava de deshielo. Magnífico todo para una Trail. Terrible en ocasiones con nuestras Turismo cargadas de material.
Sí, cinco días de padecer algunos momentos. De divertirse en otros. De disfrutar de magníficos puertos de montaña. De jugarse la vida por el simple y llano deseo de ayudar. De hacer que la tierra siga girando, colaborando en ello. No, no es por dinero. Si os digo lo que voy a sacar de más gracias a la prueba os reís seguro. Por los pelos el número pasa a tener tres cifras, sólo os digo eso.
Entonces, volvamos a la pregunta inicial ¿Por qué?
Por mis compañeros. Por lo que une. Eso significa una prueba así.
Hay cosas que sólo se pueden hacer en grupo. Hay cosas que sólo puedes lograr con la ayuda de otros, con la colaboración de otros, siendo tú una parte más de algo más grande.
Y eso es lo que he sentido estos días: camaradería, complicidad, espíritu de sacrificio por un bien mayor. Esfuerzo compartido. Y eso une, une mucho. De pronto no eres tú, eres un engranaje en una máquina que, bien engrasada, hace maravillas. Rodabas rodeado de los tuyos, notabas su esfuerzo, su complicidad. Y eso todavía se hacía más visible al finalizar las etapas, reunirte en grupos con gente que no conoces de nada, pero con la que has compartido algo más que simples minutos de tu
vida. Hay camaradería. Hay compañerismo de verdad, no el que "se supone" por pertenecer a un colectivo.
Y, luego, está el público.
La verdad, hoy en día hay demasiadas cámaras que fotografían y graban, ya no se puede hacer lo que hace unos años. Pero aun así, siempre es gratificante ver a los niños a pie de carretera, en el borde, mirando asombrados, aplaudiendo. Y no lo puedo evitar, un toque de sirena, un saludo, ¡ponerse de pie!. Y los niños rugen agradecidos, gritan, aplauden. Son parte de ti, una muy grande. Ves a los ancianos dando vítores, a personas anónimas saludando a tu paso. Hay comunión con ellos, con la esencia de la humanidad que agradece el que otros hagan cosas para mejorar. Y todavía más que todo eso, cuando acaba la etapa y colocamos las motos en formación de parada, la gente mira, algunos preguntan, y a otros los invitamos nosotros a acercarse ¡que no, que no comemos! ¡que somos personas normales! Y ves a los niños con los ojos abiertos alucinando, con esa cara de felicidad que ponen cuando los subes a tu moto, cuando juegan con las luces o con tu casco. Los padres, felices al ver a sus hijos exultantes, los fotografían con pasión. No, no hay nada mejor que ver a un niño disfrutar con algo tan sencillo, tan complicado a la vez. Y no me olvido de los motoristas que se acercan a preguntar, los no aficionados que miran las motos con cara de alucinados, los ancianos con mirada pícara de "esto yo lo viví en mi juventud, mozo".
Por eso voy. No, no puedo explicarlo mejor, sé que por más que siga escribiendo posiblemente no lo entenderás. Sólo podrán los que hayan vivido una experiencia similar, una comunión similar con otras personas en busca de un objetivo común. También mis allegados, las personas que me quieren, a los que hago sufrir durante unos días, pero que ven mi pasión, sienten complicidad conmigo, esperan mi retorno. Y, por supuesto, me entienden mis compañeros de ruta, los que sufrieron y disfrutaron conmigo. Mis hermanos para siempre pese a no conocerlos.
Termino con un "nos vemos en la siguiente". Porque sí, habrán más, por el placer de vivirlo.
MkBk. Uno de los cuarenta y cinco OP que participamos en la Vuelta Ciclista a la Comunidad Valenciana 2017.
Va por vosotros.
Esta anécdota ¡y muchas más! en Relatos / Las anécdotas de mis amigotes de las motos
3 comentarios:
No puede estar mejor expresado todo ese sentir.
Gracias a todos vosotros por estar ahi.
Felicidades a los OP y a su teniente coronel al frente,sin vosotros no sería posible.Gracias por vuestra ayuda a los motoenlaces,ya lo dijo vuestro superior al terminar la vuelta,sois todos un gran equipo.
Todo mi respeto a estos compañeros moteros, moteros como el que más, tal vez aún más, porque escogen ir en moto cuando no es la opción más fácil dentro del cuerpo. Decir que siento algo parecido a la envidia, y es precisamente por eso que cuenta, ese sentimiento, y además encima de una moto.
Por mi parte, gracias por el servicio prestado.
Saludos.
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