Pero además estas estarán dotadas de bobinas instalabas bajo tierra que formarán un campo magnético que podrá recargar las baterías de los vehículos eléctricos mientras circulan, para de esa forma aumentar de forma casi ilimitada su autonomía, facilitando de paso el trabajo de los sistemas de conducción autónoma, que simplemente tendrán que seguir los pasos de esas bobinas subterráneas para dirigir el coche y permitir un descanso al conductor.Otra de las características que conforman esta carretera casi perfecta será a posibilidad de mostrar de una forma gráfica el estado del trazado, avisando por ejemplo al conductor de la presencia de placas de hielo en el recorrido, o también del cualquier otro peligro.
Aunque todo esto parezca una idea más cercana a una película de ciencia ficción que de la realidad, lo cierto es que la autoridad de tráfico de Holanda ya está estudiando este sistema para comenzar las primeras pruebas reales este mismo año, por lo que antes de lo que pensamos podríamos ver como se hace realidad una idea que parece salida de la cabeza de un escritor de ciencia ficción.
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