De acuerdo con un estudio realizado por la aseguradora inglesa Bennetts, con una muestra importante de individuos, el deseo de pilotar/conducir una moto, está escrito en el ADN.
Con la ayuda de un psicólogo, el estudio ha demostrado que los motociclistas tienen una predisposición genética para la desconocido. Lo que pone de manifiesto una tendencia a un comportamiento impulsivo, exploratorio y facilidad en la asunción de riesgos.
La investigación de Bennetts encontró que la mayoría de los motociclistas, el 85%, se aficionaron a las dos ruedas, gracias a un miembro de la familia, un 11% que dice que fue un amigo, y un 4% respondió que fue un compañero o conocido, quien le aficionó.
Los resultados también han descubierto que un 72% de los motociclistas tienen rasgos comunes asociados con el gen Ns, que está relacionado con la capacidad de asumir riesgos. Un 71% tiene un bajo umbral de aburrimiento y el 69% tiene reacciones espontáneas por encimo de lo habitual.
El 68% de los motociclistas fueron inducidos a su afición por un miembro de su familia inmediata, un 9% por una tía, un tío o un primo y un 8% por un abuelo.
Una conclusión muy interesante es que la moto puede definir a la persona, y esto se demostró en casi tres cuartas partes (73%) que admiten que su moto define quiénes son.
Hasta un 62% dijo que no podía vivir sin su moto, y otros incluso revelaron que ellos consideran su moto un miembro de la familia (61%), o una extensión de su personalidad (70%).
La psicólogo Donna Dawson dijo de los resultados:
Los psicólogos saben desde los estudios sobre gemelos que hasta un 60% de los rasgos de la personalidad se hereda, sin embargo, el medio ambiente, en forma de educación y de oportunidades, también tiene un papel que desempeñar.
Nuestra investigación nos dice que la mayoría de los motociclistas fueron inducidos a su modo de vida a través de un familiar, y que todas las cuestiones relacionadas con la personalidad tienen un importante carga genética (tales como ser amante del riego). Y también está mas que clara la vinculación emocional del motociclista con su moto.
No cabe duda de que el amor por el motociclismo, no es una simple afición pasajera en la vida. Su compromiso con la máquina y el entorno similar del que se rodean, lo convierte en una actitud ante la vida, y un modo muy característico de vivirla.
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