7- Bultaco TSS 50 (1976): campeona de adopción
Cuando se inició el Mundial de Velocidad, una de sus curiosidades fue que las motos no tenían más límite mecánico que su cilindrada: se podía utilizar el número de cilindros y marchas que se consideraran correctos (o posibles de hacer funcionar). Pero en 1969 la FIM estableció una serie de limitaciones para evitar el gasto salvaje que representaban aquellas maravillosas motos.
En la categoría de 50cc se obligó a un máximo de un cilindro y las seis marchas en todas las cilindradas. Así que ello hizo que algunos técnicos de prestigio pudieran ser fichados por marcas pequeñas... o por empresas sin relación con el motociclismo. Eso fue lo que ocurrió cuando el millonario empresario italiano Egidio Piovaticci contrató en 1971 a los técnicos holandeses Jan Thiel y Martin Mijwaarts (que se habían ganado un nombre en Kreider y tenían su propia marca, Jamathi), para que crearan una moto para el piloto Eugenio Lazzarini.
Aquella Piovaticci, en la que aplicaron todas las ideas aprendidas con las Jamathi, era una moto adelantada a su tiempo: motor de cilindro horizontal (para evitar vibraciones), válvula rotativa, bomba de agua eléctrica para evitar pérdidas, cambio extraible (algo que las motos "grandes" no tuvieron hasta muchos años después)... y el chasis sorprendió al ser un monocasco de acero con el depósito integrado (el primero en ganar un Campeonato del Mundo) y con el basculante anclado con excéntricas, para variar la distancia entre ejes de una forma rápida.
Pero el sueño de Piovaticci duró escasamente un año, consiguiendo un subcampeonato del mundo, detrás de la Kreider de Nieto. Su empresa fue a la quiebra y la Federación Española, en un intento de que Nieto (el único piloto al que realmente apoyaban) no deambulara por equipos extranjeros, compró el departamento de competición al completo, técnicos incluidos. Y la marca para mantener y desarrollarlo todo fue la que española con más solera: Bultaco.
Cuando se inició el Mundial de Velocidad, una de sus curiosidades fue que las motos no tenían más límite mecánico que su cilindrada: se podía utilizar el número de cilindros y marchas que se consideraran correctos (o posibles de hacer funcionar). Pero en 1969 la FIM estableció una serie de limitaciones para evitar el gasto salvaje que representaban aquellas maravillosas motos.
En la categoría de 50cc se obligó a un máximo de un cilindro y las seis marchas en todas las cilindradas. Así que ello hizo que algunos técnicos de prestigio pudieran ser fichados por marcas pequeñas... o por empresas sin relación con el motociclismo. Eso fue lo que ocurrió cuando el millonario empresario italiano Egidio Piovaticci contrató en 1971 a los técnicos holandeses Jan Thiel y Martin Mijwaarts (que se habían ganado un nombre en Kreider y tenían su propia marca, Jamathi), para que crearan una moto para el piloto Eugenio Lazzarini.
Aquella Piovaticci, en la que aplicaron todas las ideas aprendidas con las Jamathi, era una moto adelantada a su tiempo: motor de cilindro horizontal (para evitar vibraciones), válvula rotativa, bomba de agua eléctrica para evitar pérdidas, cambio extraible (algo que las motos "grandes" no tuvieron hasta muchos años después)... y el chasis sorprendió al ser un monocasco de acero con el depósito integrado (el primero en ganar un Campeonato del Mundo) y con el basculante anclado con excéntricas, para variar la distancia entre ejes de una forma rápida.
Pero el sueño de Piovaticci duró escasamente un año, consiguiendo un subcampeonato del mundo, detrás de la Kreider de Nieto. Su empresa fue a la quiebra y la Federación Española, en un intento de que Nieto (el único piloto al que realmente apoyaban) no deambulara por equipos extranjeros, compró el departamento de competición al completo, técnicos incluidos. Y la marca para mantener y desarrollarlo todo fue la que española con más solera: Bultaco.
En aquellos tiempos la marca del Dedo Rampante estaba en una época muy difícil... tristemente cerca del cierre. Pero eso no impidió que una buena moto, bien atendida y bien pilotada, fuera tres veces seguidas campeona del mundo, primero con Nieto (1976/77) y luego con Ricardo Tormo (1978). Incluso se llegaron a fabricar unas cuantas "carreras-cliente" para vender a pilotos privados de buen nivel.
El gran Ricardo Tormo ganó el título de 50cc de 1981 con una marca que ya no existía |
La última victoria de una moto que nunca se ha considerado una "verdadera Mk"... pero que vino de Italia para ganar como española y engrandecer la marca Bultaco hasta sus últimos días.
Sigue aquí: 8- Alfer y Anvian
3 comentarios:
Interesante historia, no conocía los inicios de Bultaco.. y aún más impresionante el esquema de la moto, con el depósito incluido en el chasis.. un saludo!
Muy bueno el articulo, pero tengo que matizar que esa moto la crearon al principio como jamathi que es una mezcla de sus nombres, y esa moto después se la vendieron a piovaticci, pero la moto ya estaba hecha, y ya había corrido, ya que ese proyecto lo empezaron en el 68.
Muy bueno el reportaje, no sabía la verdadera historia de esa fantástica Bultaco Campeona
Publicar un comentario