Siempre me he preguntado porqué la industria motociclista, en cuanto salen de customs y motos de pequeña cilindrada, no aplica la fórmula que utilizan las fábricas de automóviles: usar una misma base para producir diversas versiones combinando carrocerías, terminaciones y motores. Con ello los costes de producción baja y las referencias de recambio también. En el mundo de la moto, sin embargo, es habitual que un motor apenas se utilice para uno o dos modelos, y de los chasis ni hablamos. El pasar de dos variantes con él es casi impensable.
Ahora, siempre hay excepciones. Algunas marcas sí derivan versiones de un modelo digamos base, del que surgen tres o más motocicletas con las que cubrir otras cuotas de mercado. Aquí unos ejemplos a la venta en la actualidad:
3- KTM 990. Cómo aprovechar lo que tienes al máximo, al puro estilo fábrica off-road.
No sé si cuando KTM diseñó la Rally 950 con la que ganaron el Paris-Dakar, pensaban en la cantidad de versiones que produciría ésta. Su primera aportación fue la winner-replica 950 Adventure, a las que siguieron SuperMoto, SuperDuke y SuperEnduro. Luego llegó la evolución con el 990 de inyección, y con prácticamente el mismo motor y chasis hoy por hoy venden Adventure y Adventure R (con suspensiones algo más largas); SuperDuke; SuperMoto y su derivación SMT. Amortizando moldes al máximo... como debe ser.
Adventure 990 |
SuperDuke 990 |
SuperMoto 990 |
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