28 abril 2017

Las historias del Top Throttle. Esto tenía que acabar así.....

Nunca me cuidé lo mas mínimo, y eso siempre pasa factura.

Visité al Doctor Cavash. Era tan viejo como mis dolencias. Desconozco  su edad, pero siempre lo recuerdo igual. Sanó y enterró a muchas personas de diversas generaciones en Rosetown. Era un tipo sero y circunspecto, pero por alguna extraña razón, siempre me tuvo cariño. Curó mis fracturas y arrastrones, y siempre me aconsejó bien…. solo que nunca le hice caso.

-Hey Sal, dijo el doctor. Ya han llegado los resultados de las pruebas que te mandé hacer. No tengo buenas noticias que darte.
De repente un escalofrío recorrió mi espina dorsal…..
- Muchos años fumando y bebiendo, han traído malas consecuencias.
- Desembuche de una maldita vez doctor, a estas alturas no me va asustar nada de lo que me pueda decir. Sea lo que sea, lo admitiré con entereza.
- No te queda mucho, amigo………  Algo muy malo te ha ido comiendo por dentro, y está terminando contigo.
La vista se me nubló por unos instantes, y el corazón me comenzó a latir fuerte y desordenadamente. Evidentemente no me queda mucho por vivir…
-No doctor, no me diga cuanto. Consideraré un regalo, cada uno de los días en los que pueda levantarme cada mañana. Gracias, por habérmelo dicho como lo hacen los hombres, y no haberme tratado como a un ser desvalido y temeroso.
- De nada muchacho…..  Tus dolores irán a peor, cada vez mas. Pásate por aquí, o házmelo saber, y te administraré remedios que te ayuden a llevarlo sin demasiado sufrimiento.
- Así lo haré……

Me dirigí calle abajo mirando el suelo, con una extraña mezcla entre miedo y descanso. La vida que elegí no fue la mas amable posible. Solo los momentos que viví con Jane, y la felicidad que experimenté al saber que concibió un hijo mío, fueron los mejores de mi vida. Mi decisión de no volver a verla, y no conocer a mi hijo, fue la mas grande demostración de amor que pude ofrecerle. Salir de su vida, fue lo mejor que podía hacer…..

De manera automática llegue a la puerta del Top Throttle, donde me dispuse a saborear un buen cigarro y un buen Whisky. Ahora, ya daba lo mismo….
Michael, nos conocía a todos, e intuyó que algo raro pasaba…. algo malo. Sacó una botella rodeada de telarañas, y sin mediar palabra, llenó un vaso delante de mi. Se quedó inmóvil, mirándome fijamente.

- Algo no va bien, ¿verdad Sal?
- Exacto Michael. Creo que no vendré muchas mas veces a este tugurio de mala muerte……

Michael bajó la mirada, y tras suspirar profundamente, siguió limpiando la barra como hacía siempre, pero de manera mas lenta…. mas triste.

A mi lado estaba sentado Johnny “dos veces”. Le llamábamos así porque tenía la extraña costumbre de repetirlo todo dos veces, interponiendo un silencio valorativo entre ellas, fuera cual fuera el contexto de la frase.

- Lo siento, Sal….. Lo siento, Sal.
- No te preocupes amigo. Era algo que tenía que suceder, tarde o temprano.
- Si puedo hacer algo por ti…… si puedo hacer algo por ti.
- No creo, pero agradezco tu interés.
- Que menos, amigo…. que menos, amigo.

Me giré sobre mí mismo, sentado en el taburete y dirigí la mirada al local. Sucio, gris y desvencijado….. con un polvo flotante, que siempre fue protagonista. Los rayos de sol que se colaban por la rendijas de la pared y ventanas, se cruzaban de manera caprichosa, por la parte central de la sala. Alguna corriente de aire, lo agitaba todo de vez en cuando, dándole un aspecto de abandono y decrepitud. Siempre fue así…. ¿y siempre lo será?

Son las últimas visiones que voy a tener. Los recuerdos de Jane y mi Triumph, me ayudarán a sobrellevarlo todo. Me gustaría verte otra vez querida Jane….. una última vez, pero va a ser tan imposible como volver a pilotar a mi Bonnie.

Salí del Top Throttle de manera pausada. Hoy voy a llegar al granero sin hacer eses, ni apoyarme en los pilares de la casas de la calle mayor. Podría llegar, con los ojos cerrados, que no es peor visión que la que había detrás de las borracheras que cogía casi a diario.

Ya sentado en una desvencijada mecedora, en la puerta del granero. Su gruñido periódico, acaba pareciendo un estruendo, capaz de ahogar cualquier otro sonido, y mas cuando deseas tener la paz del silencio.
Pese a todo, la vida continúa monótona e impasible. El humo del cigarro hace que el dolor en el pecho sea casi insoportable. Tengo una botella de Whisky guardada, pero hoy no la tocaré. Prefiero extasiarme con los colores de las suaves colinas de Rosetown. Esos tono de marrones, salpicados con manchas verdes, son de una belleza tranquila, que nunca me había parado a apreciar. Los olores, el viento….. todo me resulta extrañamente bello. Podría jurar que antes solo lo había visto cuando me cercioraba del perfecto reflejo de los cromados de mi Bonnie, cuando pasaba las horas limpiándola. Que cosas….

Solo me resta dejar pasar el tiempo, mirando al horizonte, asustado y expectante.  Aunque bien pensado…... me jugué la vida tantas veces, que el esperar a la muerte, no me supone ninguna novedad. Quizá debiera afrontar ese momento sin miedo y confiado en que el Colt que duerme bajo mi almohada me ayudará a ser mas rápido que ella. Nadie me venció jamás, y ella no iba a ser una excepción.
No hay dólares por medio, en esta ocasión, pero te reto a una última carrera, que no se lo que durará, ni de dónde a dónde será, si tienes lo que hay que tener, claro….

1 comentario:

MiguelXR33 dijo...

Una auténtica lástima... pero la vida es así, tanto buenos como malos, tanto honrados como despreciables, a todos nos llega un final. Ahora, me gusta ver que nuestro Sal Matthews afronta sin miedo su última carrera, su última pelea. Como siempre ha sido Sal. Como siempre lo recordaremos.

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