A la mayoría de los motoristas nos llama la atención la complejidad, las prestaciones, las formas espectaculares. Pero todo eso conlleva inconvenientes: precio, mantenimiento profesional, fragilidad ante caídas, conducción exigente... Por ello resulta refrescante ver motos sencillas, con un motor cumplidor, una parte ciclo simple pero efectiva, un equipamiento breve pero correcto, una estética actual y, ante todo, poco que romper, fácil mantenimiento y a un precio correcto. Pues de India, de una marca legendaria, llega un buen ejemplo de esto último, de la 'moto básica' pero con pocas limitaciones. Con vosotros la Royal Enfield Guerrilla 450:
Motor: moderno, diferente
Ante un mercado A2 repleto de motores de un cilindro de menos de 400 cc, o dos cilindros y unos 500 cc, Royal Enfield propone algo distinto a sus rivales: el Sherpa. Es un efectivo monocilíndrico DOHC 4 válvulas de 452 cc, carrera larga (84 x 81'5 mm), refrigerado por agua y compresión de 11'5:1. Vamos, un propulsor moderno, que busca un rendimiento que combine potencia a la altura de sus rivales con un buen par motor sin precisar altas revoluciones. Y sus cifras lo confirman: 40 cv/29'4 kW a 8.000 rpm y un par máximo de 40 Nm a 5.500 rpm, entregando más del 80% a partir de las 3.000 rpm.
Como en la Himalayan 450, en la que debutó este motor, tiene acelerador electrónico y dos mapas de potencia: Performance y Eco. También destaca el cambio de seis velocidades y el embrague anti-rebote. Lo dicho, un propulsor moderno. El desarrollo es un poco más largo que en la trail, con una corona trasera de 45 dientes en vez de los 47 de la Himalayan.
Chasis: asfalto sin esfuerzo
Aunque tenga un aroma a moto Scrambler (comparte base con la Himalayan 450), la nueva Guerrilla 450 es una moto totalmente de asfalto. Su chasis es un sencillo y robusto tubular en acero que utiliza al motor como elemento resistente, diseñado y puesto a punto por el especialista británico Harris. La suspensión es sencilla, pero está muy bien tarada, con una horquilla convencional delante de 43 mm de diámetro y 140 mm de recorrido que no posee reglajes. Detrás vemos un basculante de elegantes formas que acciona a través de bieletas un monoamortiguador regulable en muelle. Ofrecen un recorrido de ruedas de 150 mm. La distancia entre ejes se queda en 1.440 mm.
Como buena moto de carretera, las llantas pasan a ser ambas de 17" y de aleación con nueve brazos. Equipa neumáticos CEAT, que recuerdan a los Pirelli MT-60, en medidas 120/70 delante y 160/60 detrás... sin duda mucha goma. Los frenos los firma ByBre, filial de Brembo, con un disco delantero de 310 mmø mordido por pinza de doble pistón, mientras atrás vemos un disco de 270 mmø mordido por pinza de un pistón. La frenada la controlará un ABS de doble canal.
Pasajeros a bordo...
Buen motor, buen chasis... y ergonomía para piloto y pasajero. El peso es algo alto, 184 kg con todos los llenos hechos (90% de gasolina y aceite), pero centrado para favorecer su uso tanto en ciudad como en carretera de curvas. El depósito, aunque inspirado en el de la Himalayan, baja de los 17 litros de la trail a los 11 litros de la Guerrilla, con la que aseguran una autonomía cercana a los 300 kms (3'39 l/100 km declarados). El asiento de doble altura está para el conductor a unos correctos 780 mm del suelo. Todo el diseño mezcla clasicismo con modernidad, con su faro grande y redondo delante y las luces traseras de posición y freno integradas en los intermitentes. Todo led, por supuesto. El depósito es alargado, el asiento parece mullido, no hay parrilla trasera y, en general, tiene un aire a Ducati Scrambler muy interesante.
Decir que la Guerrilla 450 vendrá en tres versiones según su equipamiento: la Analogue equipa un cuadro analógico y color Smoke Silver (plata); la Dash, con pantalla redonda TFT de 4" en colores Playa Black (negro) y Gold Dip (dorado); y la Flash, con la TFT que puede reproducir la navegación e información del móvil, en colores Yellow Ribbon (amarilla) y Brave Blue (azul).
Royal Enfield abre una nueva vía en su gama con la nueva Guerrilla 450. Queda perfecta entre sus tranquilas 350 y las más potentes 650 bicilíndricas. Tiene un diseño fresco, actual siendo clásico, un motor con buen rendimiento y una parte ciclo que cumple con lo que le pidas, sobre todo en ciudad y en carreteras convencionales. Además, a un precio que rondará, sin extras, entre los 5.200 y 5.500 euros en la Península y Baleares.
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