El Dakar se ha despedido del altiplano boliviano y ha puesto rumbo a Argentina. La ruta ha brindado a los pilotos primero una sección de fuera de pista, donde tan pronto vadeaban un río como navegaban por las dunas. Los competidores han vuelto a sufrir el azote del tiempo; las lluvias de los últimos días han desbordado importantes ríos y obligado a los organizadores a modificar el recorrido, neutralizando todo el tramo final de la parte boliviana de la especial.
Barreda corre sin ninguna presión, y dado que no tiene que "hacer números", su única baza pasa por atacar en cuanto tenga la menor ocasión, algo que le encanta, pero mientras eso ocurre, Sunderland aumenta la ventaja sobre el segundo, Quintanilla.
Sam Sunderland:
“No quiero pensar en la victoria; la meta final aún está lejos y pueden ocurrir muchas cosas. Todo el mundo sufre percances en el Dakar, así que es fácil perder tiempo. Este es el tipo de situación que hay que saber gestionar. Un Dakar se gana en una mala etapa, no en una buena.”
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