En 1971 no existía el teléfono móvil, ni la tarjeta de crédito, ni la asistencia en carretera del seguro. No sólo no había GPS, sino que faltaban miles de sitios por cartografiar. Apenas habían autovías por el mundo, el recambio tardaba entre quince días y varios meses, los hospitales todavía no conocían las resonancias, los TAC... y algunos ni siquiera el concepto aséptico.
Pero todo eso no importaba cuando querías viajar. Sólo era necesario tiempo, algo de dinero (o mucho morro) y, ante todo GANAS. Como las que pusieron estos tres recorriendo la Centroamérica salvaje de los primeros 70 con sus motillos, planeando la ruta prácticamente sobre la marcha, acampando al anochecer, esquiando toreando buceando corriendo, disfrutando de todo lo que les atraía... y de chicas, varias chicas.
Abrir la mente y gozar. Era otra época, en la que el Mundo era mucho más grande...
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