Imagina, por un momento, que tienes una relojería. Montones de relojes, unos perfectos, otros víctimas irreparables de los malos tratos de sus dueños. Imagina también que tienes el arte para, en vez de ver en los relojes estropeados un montón de piezas inútiles, ver formas que podrían surgir uniendo un eslabón aquí, una corona allá, una tija, un cierre... E imagina, claro, que además de todo eso eres un apasionado de las motos. Pues de todo ese cúmulo de imaginar... pueden salir cosas como estas:
Fuente: motorpasión moto.
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