El motor no sólo recibe toques estéticos (colores, protectores de tapas agujereados), sino que parece haber
sido potenciado con un escape artesanal acabado en dos espectaculares "cañones". Para acompañar dos filtros de aire independientes en los carburadores de tiro directo. Para mantener todo en una temperatura aceptable, el radiador de aceite es grande y con latiguillos metálicos.
La parte ciclo comienza con una horquilla invertida equipada con dos discos de 320mm y pinzas Brembo de cuatro pistones de anclaje radial. Detrás encontramos un basculante diferente, soportado por dos amortiguadores Bitubo multiregulables. Las llantas son más anchas, equipadas con neumáticos de perfil bajo, pero mantienen los radios. Y la guinda, transmisión secundaria por correa dentada, válida para todos los modelos de Bonnie modernos. Estriberas, manillares, manetas... ya sabéis, todo de su catálogo.
Y llegamos a la estética, donde encontramos esas curiosas tapas laterales que soportan el asiento monoplaza, el carenado también de cortes clásicos y la quilla-cubrecárter, todo en fibra de vidrio. En el apartado color, han mezclado los dos orígenes: una idealización de la Union Jack, para recordarnos la procedencia británica de Triumph; y el León Alado de la Plaza de San Marcos que acompaña a muchas de sus realizaciones y que lucen orgullosos al ser de Venecia.
En fin... para el que le guste. Eso sí, para mí mejor que una Custom, esta Bonneville T12.2 Evo no le tiene miedo a las curvas...
Fuente: Motorcycle Specs
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