A Toni A. lo conozco
de mi época de cross-clásicas. Él por entonces corría con una hermosa
Bultaco Pursang Mk 12 y tenía un montón de motos en su bajo. Siempre
hemos coincidido porque somos de los que nos ponemos a hablar “en
motero” y no pararíamos nunca. Solo no estamos de acuerdo cuando vende o
cambia alguna de sus bellas clásicas.
Curiosamente, él me enseñó cosas del cross cuando íbamos juntos a entrenar, y yo le enseñé como trazar en asfalto cuando se pasó a velocidad-clásicas. Hoy, por supuesto, ya no tengo nada que enseñarle, ahora soy yo el que pone la oreja…
Curiosamente, él me enseñó cosas del cross cuando íbamos juntos a entrenar, y yo le enseñé como trazar en asfalto cuando se pasó a velocidad-clásicas. Hoy, por supuesto, ya no tengo nada que enseñarle, ahora soy yo el que pone la oreja…
La diésel.
En
Octubre de 2004, después de estar corriendo en Clásicas de Velocidad
desde el 99, a los que habitualmente seguíamos el Nacional se nos
invitó a correr junto con los pilotos que participaban en el Mundial de
la categoría. El motivo de esta invitación era porque les hacen falta
pilotos para rellenar parrillas en su peregrinaje por el mundo. Era una
maravillosa ocasión para disfrutar del espectáculo de ver antiguas
motos de Gran Premio y sobre todo los coches clásicos participantes en
el Mundial de F-1 y Gran Turismo. Corrimos dos carreras, una en el
Jarama y otra en Estoril.
Esta
anécdota, sucedió en Estoril. Entre los habituales de las carreras,
estaba mi buen amigo Javi. Un espécimen de humano, con un corazón más
grande que los 110 kilos que pesa y una reconocida reputación como
terrorista de la mecánica.
El
sujeto en cuestión, para correr con los “ingleses” (como llamaba a
todos los que no hablaban en español o catalán, fuera cual fuera el
idioma que utilizaran y su nacionalidad) se llevó una preciosa Ducati
450 Desmo primorosamente reconstruida por Juan Martín (múltiple ganador
en La Bañeza) y retocada por él.
Primera sesión de entrenamientos libres, todos arrancamos perfectamente
excepto la moto de Javi que dice que no. Afortunadamente teníamos un
arrancador y después de casi fundir su motor la Ducati se pone en marcha con una humareda negra digna de un Barreiros en frío. –“No pasa nada, está un poco ahogada, le he puesto un chicle grande y al estar a nivel del mar va un pelo gorda”- , dice Javi –“luego ajustaré”.
Salimos
a rodar y la moto de Javi parecía el coche de Bond, James Bond, dejando
una nube de humo para que nadie le siguiera. Aquello no era normal,
además la moto no corría.
La explicación que dio su avezado piloto: -”le
he puesto un desarrollo demasiado largo para aprovechar la recta y me
he pasado, voy con el gas abierto a tope y de ahí el humo”.
Segunda sesión de libres. A Javi los comisarios acojonados con la humareda le sacan bandera roja.
-“No puede ser” dice Javi, -“la moto está perfecta”. Juan Martín empieza a buscar y encuentra que el depósito ¡¡¡huele a gas-oil!!!.
La
explicación que encontramos fue que al llenar la lata para combustibles
en la gasolinera, le habían puesto algo de gas-oil y por eso el motor
no iba bien.
Lo
mas sorprendente de todo es que después de limpiar depósito, carburador
y cambiar bujía, los tiempos que hizo Javi en los cronometrados fueron
similares a los que hizo con el motor “diésel”.
Toni.
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