24 junio 2011

Cada vez más cerca de las baterías infinitas

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Históricamente (bueno, los últimos 20 años solamente), la gran piedra en el zapato de los dispositivos electrónicos móviles y portátiles ha sido la duración de sus baterías. Pues bien, eso podría llegar pronto a ser una anécdota del pasado, porque un grupo de investigadores de la Universidad RMIT de Melbourne y de la Universidad Nacional de Australia lograron un avance determinante en la persecución por una batería de duración eterna.

El avance, publicado en la última publicación de Advanced Functional Materials, consiste en la demostración de que la aplicación de presión a delgadas láminas piezoeléctricas puede generar electricidad para un amplio abanico de aparatos electrónicos portátiles.

Según el científico Madhu Bhaskaran, las láminas piezoeléctricas “pueden ser integradas a zapatillas para correr para cargar teléfonos móviles, permitir que los laptops sean abastecidos mediante el tipeo e incluso para convertir la presión sanguínea en una fuente de poder para marcapasos”. Y además esta tecnología podría ponerse en pantallas táctiles, permitiendo cargar dichos dispositivos a través de los toques. Con la cantidad de elementos móviles que tienen los vehículos de trasporte, no sería extraño que esta tecnología fuera aplicable fácilmente.

De esta manera, nunca más tendríamos que preocuparnos de estar recargando ningún dispositivo eléctrico. Fantástico, ¿no?

Bhaskaran sostiene que la clave para que esta tecnología sea una realidad comercial depende de la cobertura de la película de nanomateriales. Aún requiere mejoras en términos de generación, además de reducir sus costos de producción y tamaño. Una meta aún importante, pero aparentemente bien encaminada.
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