06 septiembre 2017

Bimota cierra sus puertas, y esta vez podría ser de manera definitiva.

La historia de Bimota siempre ha estado sometida a altibajos en los que se alternaban periodos de esplendor, con otros en los que solo la ayuda externa les permitió sobrevivir.



La DB1 le hizo renacer sus cenizas en los años 80
La semana pasada, la fábrica situada en Rimini, cerró sus puertas, y esta vez podría ser de manera definitiva. Fue retirada toda reseña a la marca, en aledaños y en el propio edificio.
3 ó 4 trabajadores custodian un almacén de tan solo 400 m2, en el que se encuentran amontonados los últimos recambios, que son casi todos pertenecientes a la última moto producida, que es la BB3.
En esta ocasión no hay medios de producción como utillaje, máquinas herramientas..... todo está deshechado.
Obviamente, en esta situación no hay nada que salvar, ni nada que renacer. La continuidad de la marca solo pasaría por empezar desde cero, con todo el coste que ello implica.

Muy triste el final, de una marca que abanderó la excelencia en la fabricación y finición de sus motos. Un gusto por lo exquisito, que conquisto los corazones de los moteros  mas pudientes, y que provocó todo tipo de fantasías, en cuanto nos entregábamos a los brazos de morfeo. ¿En que habitación de adolescente motero  no había un póster de alguna de estas criaturas?

La Tesi es probablemente la moto de serie mas revolucionaria y avanzada
¿Los motivos de la caída definitiva? Lo cierto es que Bimota empezó a caer cuando todos los fabricantes en serie, comenzarón a fabricar chasis de verdad, y sus modelos cada vez se sofisticaron mas, hasta que llegó un momento que no era mas rápida y eficaz una Bimota, que una moto de serie con especificaciones SP. Simplemente su razón de existir, dejaba de tener sentido, poco a poco.

Actualmente, la compañía sigue siendo propiedad de dos empresarios italianos, afincados en Suiza. Durante su gestión, Giuseppe Morri obligó al gran Massimo Tamburini (haced una genuflexión, e incluso arrodillaos tocando con la frente el suelo), a renunciar a desarrollar su trabajo en Bimota. Lógicamente, la marca se quedó sin alma..... murió en vida, al no tener ninguna directriz técnica y estética propias.

Al no tener un factor diferencial, ni nada que supusiese un valor añadido real, las Bimota fueron siendo sustituidas en el panorama motociclista, por fantásticas superdeportivas creadas por los fabricantes mayoristas. Las sagas de R1, CBR, Ninja, GSX-R..... y tantas otras acabaron por eclipsar el brillo de una compañía que fue valiente y vendió sueños.

La VDue llevó a la fábrica a la ruina en el año 2000
También hubieron fracasos difícilmente admisibles, y gestiones incomprensibles. La Bimota VDue, fue quizá el mas clamoroso, de los errores o negligencias. Tuvieron que instalar un sistema de inyección para poder pasar las homologaciones del motor propio de dos tiempos, de manera precipitada, con el resultado de que ninguna de todas las unidades que vendieron funcionaban. Todas fueron devueltas a fábrica, que a su vez las derivaron a un tercero que instaló carburadores. Escalofriante..... fueron capaces de vender esas motos, sin que ni siquiera pudieran arrancar en la mayorísa de casos.
El abandono de las carreras, tampoco ayudó para nada. Su concepto de motos rabiosamente deportivas, quedó diluido al no participar en competición. Su imagen de marca se situó en tierra de nadie.
Algunos modelos, parecían un montón de materiales y componentes exóticos, montados sin ningún criterio...

Ojalá no suceda definitivamente. En primer lugar porque la cuota parte de Tamburini (otra vez arrodillaos), creador de las criaturas mas bellas jamás concebidas, no debería perderse, y porque esa fábrica de sueños debería existir, por el bien del motociclismo..... aunque solo sea por que los adolescentes vuelvan a colgar posters en sus habitaciones.

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