06 noviembre 2012

El mal que amenaza a prácticamente todos los pilotos. El síndrome compartimental.

Es un mal que aqueja a prácticamente todos los pilotos sea cual sea la especialidad en la que militen. En los tiempos en que la cirugía/traumatología deportiva no estaba tan avanzada, los pilotos se veían forzados a retirarse de la competición de alto nivel, como por ejemplo el gran Fast Freddie Spencer, entre otros.
Los síntomas: pérdida de sensibilidad, perdida de fuerza, y agarrotamiento de los antebrazos.

Ahora mismo es un mal perfectamente descrito y que de no tratarlo a tiempo puede suponer el fin de la carrera deportiva del piloto, de manera irremisible.




¿Que es el síndrome compartimental?

Las fibras musculares están agrupadas en fascículos. Para mantenerlos ‘ordenados’ dentro de la fascia (funda que envuelve el músculo entero, formado por fibras, nervios y vasos sanguíneos) y darles sostén, una fina vaina de tejido conectivo, denominada perimisio, los recubre y los separa de otros fascículos.

Determinadas actividades físicas exigen un trabajo muscular muy intenso y esto provoca que el músculo se dilate y se tense tanto que el perimisio no se expande lo suficiente y, literalmente, asfixia al conjunto de fibras locales.

La presión que se ejerce sobre esta zona causa que las arterias y las venas se colapsen y la sangre deje de fluir con normalidad. Las fibras musculares necesitan el oxígeno que les aporta la hemoglobina y que viene a través del torrente sanguíneo.

Si esta circulación resulta entorpecida o se interrumpe aparece hormigueo, calambres, debilidad y un dolor agudo similar a cuando se monta un músculo. En definitiva, la zona afectada pierde fuerza y deja de funcionar.

En los pilotos de grandes cilindradas, el síndrome compartimental es relativamente frecuente porque en las aceleraciones, la inercia deja su cuerpo atrás. Para no salir despedidos de la moto, los corredores se ven obligados a traccionar con los dedos y eso repercute en una gran tensión sobre la musculatura de los antebrazos, lo que puede acabar generando esta patología.


¿Como se corrige? ¿En qué consiste su intervención?


La cirugía es relativamente sencilla y consiste en eliminar el estrangulamiento de las fibras musculares realizando una incisión quirúrgica en las vainas que aprisionan los fascículos musculares.

Aunque a priori puede parecer una operación cruenta, no lo es. Se lleva a cabo con técnicas mínimamente invasivas y el resultado es inmediato. Es increíble ver como el paquete muscular se reubica a medida que va encontrando el espacio libre que generamos al abrir la vaina opresora.

Eso sí, la rehabilitación ha de comenzar en las primeras 24 o 48 horas de la intervención para recuperar cuanto antes la funcionalidad de una musculatura que está rígida.

Se quitan los vendajes compresivos, se sustituye por otro linfático para reabsorber los hematomas derivados de la operación y drenar la zona de líquidos y se empieza a hacer estiramientos para que el músculo pueda expandirse con normalidad.

En una semana el piloto puede volver a pilotar y a entrenar con normalidad.

Fuente: Angelvillamor.com

3 comentarios:

ESCARPIAS dijo...

En el caso de Spencer, lo llamaron "Mal de la muñeca del corredor".

ESCARPIAS dijo...

Tambien lo llamaron "Sindrome del tunel carpiano"

Voro dijo...

Si, cierto. Por aquel entonces no se sabía muy bien como corregir este problema, pero afortunadamente, hoy por hoy, es algo que está bien localizado, descrito, y con protocolos adecuados de intervención.

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