26 octubre 2012

La espantá de “El Tempranillo” en el Puerto del Escudo


Como he contado en otro relato, en el verano de 1973 un grupo de amigos de Cádiz nos pusimos en ruta con nuestras motos con el fin de ir a ver las 24 Horas de Montjuich y ya puestos, a dar una vuelta por los Pirineos y la cornisa cantábrica y desde los Picos de Europa tomar el camino de regreso a Cádiz.

Un descanso en un sitio pintoresco


Los viajeros fuimos Faly, con una Ducati 250, José Mª con una Vespa 160, Joaquín con un a Bultaco Matador SD y Antonio y yo sobre mi Montesa Texas 175. cada moto llevaba el equipaje de sus ocupantes, pero la Ducati de Faly por ser más potente y tener más espacio libre llevaba también la tienda de campaña donde dormíamos los 5 y los utensilios de cocina. Este detalle, al principio sin importancia, tomó relevancia al final del viaje como luego veremos.
Faly, yo y Joaquín en los Picos de Europa
Mi Montesa Texas y yo




El caso es que llevábamos ya casi dos semanas de viaje, que para un grupo de 5 chavales con mucha marcha ya es mucho tiempo y al llegar la noche de un día que estuvimos de excursión por caminos de cabras cerca del Naranjo de Bulnes, tomamos la decisión de emprender el camino de regreso a Cádiz. Además ya teníamos ganas de ver a nuestras novias. Faly fué el que más insistió en que nos levantáramos muy temprano para hacer el máximo nº de kms para intentar hacer el recorrido que nos quedaba hasta Cádiz en dos días como máximo.


La tienda de campaña

Después de una noche de tormenta en plenos Picos de Europa en la que se empapó la tienda (que por cierto no tenía fondo) y con ella toda nuestra ropa, los sacos de dormir, etc, el ánimo se nos vino un poco abajo. Bueno a Faly no, porque a pesar de estar completamente empapado seguía roncando. Y para colmo las motos estuvieron muy perezosas para arrancar, de tanta agua que tenían encima. Total que entre lo que tardó Faly en incorporarse y las motos en arrancar, salimos de allí bastante tarde (estábamos cerca de un pueblecito llamado Merodio).
 


Paramos a comer en una venta que había en la cima del Puerto del Escudo. Allí empezamos a darle la carga a Faly por lo remolón que había sido. Incluso le pusimos “El Tempranillo” por tanto como había insistido el día anterior en salir temprano...
Tanta carga le dimos que agarró un buen mosqueo y sin despedirse, dejó sobre la mesa el importe de su comida y se largó. Al principio no le dimos mayor importancia, pero luego nos dimos cuenta de que ¡se había llevado la tienda de campaña! Y también los utensilios de cocina, pero eso ya tenía menos importancia. Además llevaba la moto más rápida por lo que iba a ser imposible alcanzarlo. Bueno, con la esperanza de que lo encontraríamos por el camino antes de que se hiciera de noche, salimos del Puerto del Escudo hacia el sur. 



Delante va Faly y su Ducati con todos los tiestos

Por supuesto que no lo encontramos, pues el tío se plantó en Cádiz ¡del tirón! Creo recordar que llegó al día siguiente, después de todo un día y una noche en la moto.


Nosotros por nuestra parte dormimos en una pensión de un pueblo que ahora no recuerdo, cerca de Somosierra. El día siguiente lo pasamos en Madrid ¡ya que estábamos! Y reemprendimos el regreso a Cádiz por la noche.
Al llegar a Bailén estábamos hechos polvo y paramos en un restaurante a tomar algo y a descansar, pero nos echaron disimuladamente con la excusa de que tenían que regar el suelo. Total que arrancamos las motos y unos kms más adelante nos tumbamos a dormir en la cuneta hasta que amaneció. 


Descansando en la cuneta

Cuando abrimos los ojos nos estaba esperando la Guardia Civil junto a la carretera, pero como estábamos en la cuneta en dirección a Madrid y nosostros salimos hacia Cádiz, cuando fueron a reaccionar ya estábamos un poco lejos y debieron pensar que no era cuestión de hacer una persecución.


Bueno, pues unas cuantas horas después llegamos a Cádiz ante la extrañeza de nuestras novias que no se explicaban lo que había pasado con Faly, pues él tampoco había dicho nada, ya que todavía estaba durmiendo...

1 comentario:

MiguelXR33 dijo...

¡¡Joer, que historia más buena!!

Claro, yo me identifico porque viví (unos años más tarde, eso sí) lo que era viajar con una moto de poca cilindrada -mi querida Vespa DN 200- por aquellas carreteras Nacionales, Comarcales y Locales de la época; con sus árboles donde debería haber arcén (un concepto que no existía entonces, ver la foto que pone "Delante va Faly y su Ducati con todos los tiestos"); con sus travesías de pueblos; sus curvas ciegas, cambios de rasante, tediosas lineas continuas detrás de lentos camiones Barreiros y Pegaso o furgonetas Ebro; con sus bellos mojones indicadores de los kms pintados según el tipo de carretera, o esos horribles "quitamiedos" de piedra con el barranco al otro lado... mejor no mirar.

Y todo ello con motos que, en el mejor de los casos hacían de punta 130km/h... velocidad de crucero bajo hoy en día en nuestras largas, seguras y aburridas autovías. Por eso los más jóvenes debéis entender que entonces SE VIAJABA... hoy nos desplazamos rápido de un lugar a otro.

Si podéis, uno de estos días os recomiendo que busquéis por vuestra comarca una de aquellas Carreteras-Moto http://www.voromv.com/2010/10/carreteras-de-la-vespa-que-todavia.html y que os perdáis a ritmo tranquilo (he dicho tranquilo, no lento... eso para Customs... nosotros podemos hacer las dos cosas :-D ) por ella, notando el olor de los campos, los cambios de temperatura al entrar y salir de los pueblos que atraviesas, saludando con la mano a aquel pastor o al niño que juega en la puerta de su casa.

Muy bueno Jaime... más, por favor.

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